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Los temas inspiradores en la narrativa lambayecana

Posted by Sci-Fi

Los temas inspiradores en la narrativa lambayecana

Por: Nicolás Hidrogo Navarro
(hacedor1968@hotmail.com)


Lambayeque cuenta con una docena de narradores persistentes y reconocidos como tales, casi recién descubiertos y dados a la luz pública en los 2000. Siempre se mantuvieron anónimamente ocultos, porque la predominancia de la tradición lírica los opacó o no hubo un espacio para escuchar por el lapso de entre quince y 20 minutos una historia. Cuentos, mitos, leyendas, tradiciones los hubo y se editaron con flaco favor de venta y difusión. Es indudable que los lambayecanos vivimos entre huacas prehispánicas y una rica tradición mítica de dioses, guerreros muchiks y una ingente y vívida tradición oral popular de historias de aparecidos, duendes, príncipes y guerreros decepcionados, lloronas, carretas y bueyes encantados de áurico fulgor que trafalgan a medianoche entre el imaginario popular. Sin embargo, esta tradición de leyendas (Naymlap, Origen del Algarrobo, Ninamasha y Pachacamac, La Rebelión de las cosas, Leyenda de Aka Fala) y mitos (El dios Kon,) se ha volatizado por completo en la zona urbana y entre la gente joven y se ha mantenido intacta en la zona rural o entre los antiguos que aún mastican en la noche sus historias a la luz de un rescoldor de algarrobos achicharrantes.

Generacionalmente la temática narrativa ha ido evolucionando desde los temas terrígenos con sabor a identidad lambayecana de los 70 y 80 a los deslambayecanizados de los 90 y 2000.
En los 70 prevalecen las figuras de Alfredo José Delgado Bravo, Estuardo Deza Saldaña y Carlos Bancayán Llontop, quienes de manera esporádica publican y daba a la luz cuentos que eran solo leídos por una minoria literaria y cuyas temáticas tenían un sabor a temas con un trasfondo a protesta social y algunos rasgos de historias de amor con personajes de épico pasado prehispánico.
En los 80, surgen figuras como Mario Camino Negrón, , Rully Falla Failoc, Elio Otiniano Maurice, Mariano Llano, Segundo Delgado, Andrés Díaz Núñez, con una carácter más localista en el caso de Camino, Falla y Díaz, funden la tradición misma de las historias y le dan su acento propio. Es de destacar que Rully, más recopilador e investigador, costumbrista y etnolingüístico, recoge de fuentes directas en su “Dioses, hombres y duendes”, mitos y leyendas de los pueblos de la zona rural de al provincia de Lambayeque y le da su propia visión de narrador, tomando como bases los relatos orales y su propio conocimiento.
En los 90 van a surgir más narradores conocidos, aunque con escasa divulgación y más incentivados por los juegos florales que por convicción y allí destacarán personalidades como Rubén Mesías Cornejo, Luis Ernesto Facundo Neyra, Nicolás Hidrogo Navarro, Juan Montenegro Ordoñez, Dandy Berrú Cubas, Joaquín Huamán Rinza y delincuencialmente plagiador Carlos Alberto Cachay Flores (hoy borrado de toda la tradición narrativa en Lambayeque). Facundo e Hidrogo tenían una prosa anecdótica escolar; Montenegro y Berrú, argumentos sociales; Huamán, ruralista y terrígena; Mesías, ficcionador y evasor de la realidad.
En los 2000 se abre una abanico de posibilidades y se destapa un conglomerado de narradores entre los cuales destacan Marcoantonio Paredes, María Elena Flores Alvitez, Antonio Castro Cruz, Teresa Menor Alarcón, Abraham Ibáñez Meléndez, Rocío Ríos Arroyo, Roxana Ayasta Seclén, Gerardo Carrillo Burga, Brander Gonzáles López, , Marles Eneque Solano, Paul Muro Losada, Fiorelita Sánchez Lapoint, Mabel Díaz, Alejandro Suyón, José Antonio Ibáñez, David Huanilo, Carlos Muro Yovera, Arturo Bravo Flores, Anders Bocanegra, Antonio Castro Bernal, Luis Alberto Hurtado Ramírez y Manuel Burga Altamirano, todos ellos sin sello de terriginidad lambayecana, más cosmopolitas, anecdóticos, neorromáticos y neoexistencialistas a diferencia de Marcoantonio Paredes y Arturo Bravo que han incursionado en una narrativa más de identidad mitológica y leyendezca lambayecana. Sin embargo esta nueva falange de narradores es más conciente, más moderno en sus técnicas y estructuras y en la diversidad de sus historias, es más consciente de lo que hace, escribe para ser leído y criticado por más de uno, aún no tiene las ínfulas que se ha incrustado como una verruga roñosa en la gente de los 90.
No serán nuevos los temas universales que se use para pergeñar un cuento, amor-odio, alegría-desazón, melancolía-olvido, ciudad-campo, paraíso-infierno, bueno-malo, constantes, pero serán diferentes las situaciones, las emociones que susciten en cada lector y quizá podamos aprender que con la literatura uno puede tener un gran viaje imaginario hacia las profundidades de la evasión, el encanto para meterse en el gran escenario de la ficción.


Lambayeque, junio 10 de 2006
Nicolás Hidrogo Navarro
Coordinador General Conglomerado Cultural –Lambayeque-Perú


A) Joaquín Huamán Rinza (Gen. 90)

Los microcuentos de Joaquín Huamán tienen atravesado una gran viga argumental: la muerte, la soledad, la marginación y la lugubridad de sus personajes. El perfil caracterológico, etopéyico y prosopográfico prevalece por encima de los escenarios epocales y contenedores de la propia historia. Personajes con asfixiamiento existencial viven su propio drama suicida y marginal y reclaman del lector comprensión para morir bajo las cortinas lévanos de la muerte. Importa el drama, el momento, la figuración y presentación descarnada de las debilidades humanas. Leyendo los microcuentos tenemos la sensación que Huamán los hace adrede, tristes, meditabundos, suicidas para persuadir una plegaria, una revaloración hacia aquellos anónimos marginales de la historia, aquellos que perdieron todo y escaparon al derecho de ser consignados en los libros o en la memoria trucada de la historia. Son historias recreadas con una dosis de imaginación y con otra del baúl de recuerdos personales de Juan Congona (seudónimo de Huamán) , gran apostador e inclaudicable renuente a sucumbir por la literatura lambayecana.

1 comments:

  1. Anonymous

    CARLOS ALBERTO CACHAY FLORES ES UNO DE LOS GRANDES ESCRITORES PERUANOS.PESE A QUIEN LE PESE.