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CONGLOMERADO CULTURAL

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CONGLOMERADO CULTURAL

Promoviendo integración de creadores
Lambayeque-Perú

conglomeradocultural2005@yahoo.es

Tfno. (074)9607442 - (074)283273 (074) 234363

“Noches de cuento y poesía”

El espacio Azul Norte Poético-Narrativo
Reconocido con Resolución Directoral Nº 030-2005-INC/DL/25 de noviembre 2005
Dirección: Calle 8 de octubre Nº 930
Lambayeque-Perú
Enviar trabajos a los correos:
conglomeradocultural2005@yahoo.es
hacedor1968@hotmail.com
marpba@yahoo.es

Tfno. (074) 9607442 / (074) 283273 /(074) 284363
Dirección: Calle 8 de octubre Nº 930-Lambayeque-Perú.

NICOLÁS HIDROGO NAVARRO
Coordinador General Conglomerado Cultural Lambayeque-Perú

MARCOANTONIO PAREDES
Coordinador de Noches de cuento & poesía
- 2006 -
UNIVERSIDAD NACIONAL
“Pedro Ruiz Gallo”

FACULTAD DE CIENCIAS HISTÓRICO SOCIALES Y EDUCACIÓN

CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIO-EDUCATIVAS
REVISTA “EPISTEME”
Año I - Nº 02 – 15 octubre 2006
“Investigar para innovar, innovar para educar, educar para desarrollar”
INVITA A ESCRIBIR PARA SU NUEVA REVISTA OFICIAL


· Artículos científicos
· Ensayos
· Monografías
· Avances de investigación
· Caricaturas
· Fotografías sociales
· Creaciones literarias

Eje temático:
Problemática infantil
. Niños y desarrollo
- Niños y la escuela
- Niños y los problemas sociales
- Niños y perspectivas
- Niños y familia


Alumnos – Graduados – Docentes-
Investigadores y público en general

(Dejar colaboraciones en Oficina CISE-FACHSE-UNPRG o en 8 de Octubre 930-Frente a Ciudad Universitaria)
hacedor1968@hotmail.com
Tfnos. (074) 283273 / (074) 9607442

Edita: Lic. Nicolás Hidrogo Navarro

CONSULES CULTURALES

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CONSULES CULTURALES
Conglomerado Cultural-Perú

1.- Víctor Raúl Guzmán Julián – Trujillo
2.- Ulises Gamonal – Jaén
3.- Guillermo Elías Fernández Olivera – Bagua Grande
4.- Joan Viva - Lima
5.- Víctor Hugo Alvítez Moncada – Chimbote
6.- Chaco Gil – Florida-USA.
7.- Freddy Cabanillas Terán – Islas Canarias-España.

UN CONSUL CULTURAL: es un promotor y difusor apasionando de la cultura en general y de la literatura en particular y hace eco de manera aguerrida del arte como necesidad y pasión humana, para abrir surcos en la indiferencia y sembrar en la conciencia del hombre la necesidad de valorar su propio patrimonio. Es parte de un conglomerado cultural universal: es un hombre libre, pero comprometido con el arte. Nos representa y habla en nombre de la cultura y su omnímodo poder de sensibilizar a hombre.

(Iremos agregando a aquellas personas identificadas plenamente con el arte y que tengan el compromiso de hacer de la cultura un espacio sin fronteras)
Nicolás Hidrogo Navarro
Coordinador General Conglomerado Cultural –Lambayeque-Perú

III CONCURSO REGIÓN NORTE LITERARIO- 2006-Lambayeque-Cajamarca-Amazonas-Piura-Tumbes

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Bases
III CONCURSO REGIÓN NORTE LITERARIO- 2006
(Lambayeque-Cajamarca-Amazonas-Piura-Tumbes)

“Mario Vargas Llosa & Gabriel García Márquez: crónica de una reconciliación anunciada”

1.El Conglomerado Cultural, agrupación promotora de las expresiones artísticas lanza la III Convocatoria al Concurso Regional Literario 2006.

2.­ El certamen está abierto en los géneros de poesía y cuento.

3. ­Para incentivar la cultura y el arte de la región Norte del Perú, los participantes deberán ser nacidos y/o residir en Lambayeque-Cajamarca-Amazonas-Piura-Tumbes, no importando la edad ni sexo.

4. ­La elección del tema es libre, ya que el propósito del concurso es estimular la creatividad de los participantes.

5.­ Cada participante podrá concursar, en ambos géneros a la vez, con uno o más trabajos. Estos deben ser inéditos, y no haber sido presentados en eventos similares en otros concursos.

6.­ La extensión de los trabajos en el caso de los cuentos, no excederá las cinco carillas en papel A4., letra arial 12 o equivalente. En el género de poesía los concursantes deberán enviar poemarios con título. Deberán contener seis poemas como mínimo y 15 como máximo.

7. ­La presentación de los trabajos será en original escrito a computadora, a espacio y medio y tres copias (de preferencia fotocopias). El seudónimo y la fecha de nacimiento, deberán figurar en la primera página.

En sobre cerrado aparte, adjunto al que contiene el original y las tres copias, el autor hará constar en la parte exterior el seudónimo utilizado, edad y género en el que concursa, en su interior los datos completos de identidad (nombres, apellidos, lugar y fecha de nacimiento y documentos de identidad). Todos deberán además proporcionar dirección, email y teléfono. Los trabajos que omitan el seudónimo y/o que revelen la identidad de su autor, serán descalificados. En sobre cerrado deberá adjuntarse en diskett con copia de seguridad los trabajos remitidos e impresos (sólo cuentos o poemarios), menos la identificación personal.

8.­ Se constituirá un Jurado con figuras del ambiente literario peruano, formado por seis personalidades (tres miembros se ocuparán del género cuento y tres del género poesía), cuyos nombres serán dados a conocer en su oportunidad.

9.­ El fallo del jurado será inapelable y se anunciará en un acto público que se celebrará el 24 de noviembre en la ciudad de Chiclayo en el marco del Aniversario del INC-Lambayeque, donde también se procederá al acto de premiación.

10.­ Se otorgarán tres premios por género:

CUENTO
PRIMERO
: S/ 300.00 nuevos soles en efectivo + Medalla de Oro Conglomerado Cultural + Diploma de Honor.
SEGUNDO : Medalla de Plata Conglomerado Cultural + Diploma de Honor.
TERCERO : Diploma de Honor Mención Honrosa.

POESÍA
PRIMERO
: S/ 300.00 nuevos soles en efectivo + Medalla de Oro Conglomerado Cultural + Diploma de Honor.
SEGUNDO : Medalla de Plata Conglomerado Cultural + Diploma de Honor.
TERCERO : Diploma de Honor Mención Honrosa.

11. El Conglomerado Cultural se compromete a publicar los trabajos ganadores en la revista universitaria “EPISTEME” de la FACHSE y hacer una difusión electrónica a nivel nacional y continental.

12. La fecha de recepción de los trabajos vence indefectiblemente el 17 de noviembre de 2006. Estos deben ser enviados en un sobre dirigidos al III Concurso Regional Literario Conglomerado Cultural 2006: “Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez: crónica de una reconciliación anunciada” a cualquiera de las siguientes direcciones:

Calle 8 de octubre Nº 930- Lambayeque (Frente al campus de la UNPRG)

Instituto Nacional de Cultura – INC en Av. Luis González Nº 345. (Secretaría)

Informes emailes: conglomeradocultural2005@yahoo.es, hacedor1968@hotmail.com, hacedor1968@yahoo.es marpba@hotmail.com
Tfno (074) 9607442 / (074) 283273

UBICUOS MALDITOS-Círculo literario

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UBICUOS MALDITOS
Círculo literario
MANIFIESTO LITERARIO Nº 05
Una mirada inquisitiva a la manera de hacer y promover literatura en el Norte del Perú

Uno de los grandes lamentos, temores y afanes en la educación peruana, es la promoción de la lectura como actitud motivadora y como hábito permanente en la vida de los seres humanos. Se manejan dos grandes ejes temáticos: la comprensión y producción de textos, como competencias y capacidades de urgente necesidad ante la deflagración e insensible pérdida de lectores que con suma facilidad pasan a entretenimientos menos intelectuales como el Internet, los juegos de computadora y la televisión misma. Sin embargo, mucho crédito se le da a los estados de emergencia y a la promoción de lectura por decreto y directivas burocráticas, sin previamente replantear las estrategias del incentivo a la lectura desde casa, desde niños, potenciales lectores o potenciales analfabetos funcionales que sabiendo leer no leen, que leyendo grafemas no comprenden, que comprendiendo no analizan ni interpretan ni menos crean por iniciativa propia. Consideramos que este fenómeno no es nuevo y, tal ha sido el resultado de todo un proceso sistemático de pensar que se aprende o motiva a leer exigiendo, condicionando, obligando o coaccionado por una nota, sin embargo todos del alguna manera tenemos directa o indirectamente culpa de ello, como creadores, docentes, padres de familia, por lo cual sostenemos que:

1. Las universidades y los Institutos Pedagógicos no cuentan con programas ni estrategias de promoción de la lectura ni incentivan la creación literaria o interpretativa entre sus alumnos, a lo mucho sus cursos abarcan la historia literaria tipo formación escolar sustentados en los cursos de formación especializada “Literatura Peruana”, “Literatura Española”, “Literatura Hispanoamericana”, “Literatura Universal” y excepcionalmente en algunos centros superior de estudios, tangencialmente se toca “Literatura Regional”, sumándose los cursos emergentes de “Semiótica del texto”, “Interpretación de textos”, “Semántica del texto”, “Fonética y Fonología”, todos ellos, contenidos nuevos pero tratados con una metodología tradicional: información libresca bio-bibliográfica, con ejemplificación de análisis literarios trillados de cliché, abordados en obsoletas clases magistrales tipo conferencia, pero escasos de aplicación, de taller o análisis interpretativo y creativo en nuevos textos y con nuevos abordajes. Ni qué hablar de aquellos alumnos que no son de especialidad, sólo llevan cursos elementales como Lengua Castellana I y II o Comunicación, donde se vuelve a repetir lo mismo que aprendieron en secundaria: Oraciones, categorías gramaticales, sujeto, multilinguismo y otros contenidos gramaticaloides.

2. Ninguna institución de estudios superiores de la región Lambayeque, tanto públicas como privadas (UNPRG, UDCH, USS, UCV, ISP”SCJ”, ISP”MGB”, ISP”IGV”, ISP”RP”, ISP”ASR”, ISP”P”, etc.) tienen instituido curricularmente un Taller de Creatividad e Interpretación Lingüística y Literaria, dirigido por docentes con un perfil doble: creadores reconocidos y pedagogos talleristas competentes, que incentiven y cultiven valores literarios como parte de la apuesta del Estado por generar una educación creativa, capaz de pasar del simple memorismo a la cúspide de la pirámide: la creación, como aspiración suprema, de un eje que articule todas las asignaturas, áreas o disciplinas formativas.

3. No existen vasos comunicantes, políticas culturales ni nexos sistémicos entre las instituciones educativas formales y los diferentes grupos, círculos y promotores de cultura externos que incentiven la creación, valoración y difusión de la literatura en particular. Se produce, se comenta y se promueve más literatura al margen oficial no institucional que en las propias organizaciones formativas y educativas, creadas para tal fin. El rol de las instituciones educativas superiores se ha reducido a la promoción de cursos, diplomados, coloquios, encuentros, seminarios, panel forum, con fines eminentemente mercantiles y de certificación y no necesariamente de capacitación, tan es así que hay docentes que ostentan un legajo completo de certificados sobre “Creatividad e interpretación literaria”, que no se traduce en su trabajo pedagógico, sólo buscaron la certificación para poder ostentar una plaza o mantenerse en ella, justificando “su capacitación actualizada”. La labor del docente de Lengua y Literatura se ha reducido a cumplir con su carga curricular, reproducir conocimientos, tomar apuntes de sus libros vetustos, memorizarlos y repetirlos irreflexivamente sin saber si sus resultados han generado alumnos críticos, creadores o simplemente futuros aborrecientes de la gramática y de la literatura.

4. Los Círculos de Estudios Literarios y Lingüísticos, existentes en algunas instituciones, sólo están de nombre, pues su accionar se reduce a promover cursos de capacitación pagados –como un negocio más- para agenciarse de recursos con fines promocionales o en todo caso como parte de un prerrequisito de algún curso de especialidad. Como segundo rol, tienden a reactivarse cada vez que hay algún congreso en alguna parte del país, allí cobran vida. Ni promueven los estudios literarios y lingüísticos –se sobreentiende que deben ser estudios focalizados, innovadores y rescatando lo local- ni menos han logrado construir un espacio dialógico para generar nuevos creadores, críticos o metodólogos de la enseñanza de la Lengua y Literatura.

5. En las instituciones educativas no existe un clima ni ambiente propicio para la articulación educación con la cultura, entendidos como elementos indisolubles. Con gran pena y preocupación se aprecia la constatación de los famosos periódicos murales, no sólo vacíos, sino lo poco que existe en algunas vitrinas institucionales, son refritos de recortes periodísticos, humor o poemas de autores muy conocidos y a veces sólo están llenos de afiches con eventos ya pasados, con gran anuencia y despreocupación de directivos, docentes y alumnos, aun de la propia especialidad.

6. Existen, en los predios no institucionales o no formales, tres maneras de fomentar literatura: la de autocomplacencia, tribal y sectaria; la segunda, de cofradía amical, de círculo cerrado de personas de la tercera edad que escriben sin publicar, por pura vanidad o autocatarsis; y tercera, la libérrima, con un orden sistémico, organizado, responsable y académico. Los primeros creen que hacer y difundir literatura debe ser un show o espectáculo circense donde las estrellas pintarrajeadas deben ser ellos y los espectadores –amigos, vecinos, familiares, ellos mismos- deben soportar sus manías y extravagancias, sus escupitajos y sus enyoncadas; los segundos representan una agrupación cerrada casi promocional-familiar-amical donde nadie entra ni sale, que busca ser un espacio de autocomplacencia, sin que exista preocupación porque su literatura tenga lectores, les basta y sobra que se escuchen catárquicamente entre ellos; los últimos, apuestan por un respeto al quehacer mismo del creador y creen que la literatura no sólo es una apuesta, sino un reto permanente por mejorar la calidad literaria a través del estudio serio y riguroso de la crítica, como elemento de complementariedad.

7. Los medios de comunicación, -como principales voceros de promoción de la literatura-, no sólo se han quedado cortos en la noticia, sino que ignoran que exista literatura y creadores en Lambayeque. Sus páginas suplementísticas están llenas con artículos farandulescos y coloridamente interesa más la sangre o el boato de un baby shower o un quinceañero, mientras que han reducido a una mínima expresión microscópica las notas periodísticas. Los medios no buscan la noticia cultural, porque para ellos eso no vende. Es casi una queja generalizada que todo evento literario no tiene ninguna cobertura y no aparece ni por casualidad un periodista que haga eco de ello.

8. No existe en el medio regional una editorial, institución o mecenas que quiera acoger el proyecto de una publicación literaria. Si existen publicaciones, son aquellas con el propio peculio del osado aventurero creador, que ya sabe que no recuperará su capital, pues será sólo una inversión marketera de su imagen y no un buen negocio crematísticamente. No es rentable vender libros ni nadie las comprará en una I.E. sino tiene la recomendación del profesor de aula. En las instituciones educativas sólo leen lo que el currículo o el plan de estudio manda, el resto ni es obligación ni es recomendación. A lo mucho compran -por pena o porque les gustó el poema introductorio del vendedor- folletos de 0.20 a 0.50 como máximo, nadie sabe su paradero de estos trabajos al cabo de una semana.

9. Hay tres tipos de creadores de literatura: los que se contentan con producir, presentar y regalar su obra en algún auditorio con la benevolente amistad de compromiso franelero del prologuista y con la concurrencia masiva de toda su parentela; otro tipo son los que despiertan de su hibernación, preparan su obra justo para algún evento literario masivo cercano (Encuentro, Congreso, Coloquio); y los terceros son aquellos que hacen vida literaria, preparan, presentan y difunden su obra por I.E., y buscan de manera pertinaz mantenerse escribiendo, renovando y mejorando la calidad de su texto, manteniendo un contacto estrecho son sus lectores. No existe creador que tenga fans o que los lectores estén haciendo cola para comprar sus libros; no existe creador que viva, por estos, lares, muelle y cómodamente exclusivamente de la literatura. La literatura por aquí, es una apuesta suicida, fundamentalmente pasional por el escribir y por promover cultura por amor al arte, aún cuando tengamos que languidecer o morir en nuestra propia locura y utopía de no abandonar a la literatura y ella sea testigo de vernos morir -de todo-, menos de serle infiel a las letras y no claudicar jamás en el intento subversivo de hacer de las palabras una gran trinchera cultural de decir lo que a otros los hacen callar.


“La misión del profesor de Lengua y Literatura no es formar a sus alumnos para ser poetas o narradores; pero si le cabe la responsabilidad de capacitarlos competitivamente autónomos y aptos para la creación, comprensión y valoración de textos literarios o no literarios”.

Nicolás Hidrogo Navarro

GALERÍA LITERARIA-LAMBAYEQUE-PERU.2004-2006

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GALERÍA LITERARIA:
LOS QUE HICIERON Y HACEN HISTORIA EN EL CONGLOMERADO CULTURAL-LAMBAYEQUE-PERU.2004-2006

Todos ellos pasaron dejando una huella imborrable, una experiencia significativa.
Nuestra política la literatura; nuestra pasión, escribidores; nuestra obsesión, hacedores de la palabra.

A) NARRADORES
Rubén Mesías Cornejo, Joaquín Huamán Rinza, Hugo Rojas Mendoza, Dandy Berrú Cubas, Nicolás Hidrogo Navarro, Marcoantonio Paredes, María Elena Flores Alvitez, Antonio Castro Cruz, William Célis Guerrero, Teresa Menor Alarcón, Abraham Ibáñez Meléndez, Rocío Ríos Arroyo, Juan Montenegro Ordoñez, Roxana Ayasta Seclén, Gerardo Carrillo Burga, Brander Gonzáles López, Juan Carlos Flores Tucto, Marles Eneque Solano, Paul Muro Losada, Fiorelita Sánchez Lapoint, Mabel Díaz, Alejandro Suyón, Guillermo Figueroa Luna, José Puga Mendoza, Juan Carlos Briones Dávila, José Antonio Ibáñez, David Huanilo, Carlos Bancayan Llontop, Zoila Gonzáles Rivas, Carlos Muro Yovera, Arturo Bravo Flores, Antonio Serrepe Ascencio, Anders Bocanegra, Antonio Castro Bernal, Luis Alberto Hurtado Ramírez, Manuel Burga Altamirano, Víctor Contreras Arroyo, Javier Villegas Fernández, Rully Falla Failoc, Miguel Garnett Jonson, Willy Edilberto Salcedo Cueva, Dagoberto Ojeda Barturén

B) POETAS
Ernesto Zumarán Alvites, Nicolás Hidrogo Navarro, Marcoantonio Paredes, María Elena Alvítez Flores, Manuel Burga Altamirano, Carlos Bancayán Llontop, Jorge Fernández Espino, Magali López Solórzano, Jonathan Larrea Colchado, Teresa Menor Alarcón, César Limo, Naneska Alarcón Gonzáles, Carlos Abel Araujo Pita, Fernando Odiaga Gonzáles, Rolando Barrios Sandoval, Juan Felipe Chilón, Antonio Castro Bernal, Julio César Porras, Cesar Alexander Limo, Stanley Vega Requejo, Jomara Hidrogo Cabrera, Ana Miranda Salazar, Rocío Ríos Arroyo, Ronald Calle Córdova, Carlos Briones Dávila, Arturo Bravo Flores, Matilde Granados Requejo, Luis Alberto Hurtado Ramírez, CHACO GIL, Nevenka Waterdolsfer, Ronald Calle, Marles Eneque Solano, David Villena Reyes, Henger Capuñay Fenco, Javier Villegas Fernández, Diego Lazarte, Fredy Alcalde, Susy Violeta Morales Coz, César Emiberto Gastelo Guevara, Tomàs Serquèn Montehermoso, Guillermo Ortiz Suàrez, Carlos Santamaría, Guillermo Fernández, José Ramírez, Enrique Ríos, Néstor Cerna, Percy Espichán, Alberto Zelada, Edgar Palacios, Juan Josè Soto Bacigalupo, Melissa Ramírez Arévalo, David Nùñez Baca, Miguel Otero Zapata.. Elier Tayo Cubas.

C) COMENTARISTAS

Antonio Castro Cruz, Milton Manayay Tafur, Elmer Llanos Díaz, Fernando Odiaga Gonzáles, Nicolás Hidrogo Navarro, Manuel Patiño López, Jesús Paiba Samamé, Teresa Menor Alarcón, Javier Villegas Fernández, Stanley Vega Requejo, Julio César Díaz Castro, Carlos Bancayán Llontop, Walter Alva Alva, José Wilson Gómez Cumpa, Guillermo Figueroa Luna, Jorge Fernández Espino.

d) Ponentes:
Nicolás Hidrogo Navarro, Fernando Odiaga Gonzáles, Carlos Bancayán Llontop, Joaquín Huamán Rinza. Juan Montenegro Ordóñez, Luis Ángel Delgado Flores, Guillermo Figueroa Luna, Bruno Buendía Sialer, Marcoantonio Paredes, Luis Heredia Gonzáles, Julio César Díaz Castro.

e) círculos invitados PRESENTADOS EN PLENO
“Avanzada Cayaltileña”-Cayaltí. , “Legión”-Trujillo.

f) libros/REVISTAS presentados EN EL ESPACIO
“Metáfora”- Conglomerado Cultural, “A esa hora del día” de Nicolás Hidrogo Navarro, “Piedra fuerte” de Luis Ángel Yomona Yomona, “Danza ominosa” de Stanley Vega Requejo, “Dioses, hombres y duendes”, “Coñuma: la pasión por la ternura” de Rully Falla Failoc, “Pizzicato Labio” de Luis Boceli, “A ojo de pájaro” de Miguel Garnett Jonson, “La clavícula de Salomón” de Miguel Lazarte, “Certerni”, de Paul Muro Lozada, “Canto gris” de César Emiberto Gastelo Guevara, “Día de la Luna” de Susy Violeta Morales Coz, “En la puerta del infierno”, de Willy Salcedo Cueva. “Desde las orillas del Utcubamba” del Círculo Literario Todas las Sangres, “Esa casa que soy yo” de Guillermo Ortiz Suárez, “Palabra sobre los abismos” de Juan José Soto Bacigalupo, “El amor es màs…” de Javier Villegas Fernàndez, “Todavìa el paraíso” de Ernesto Benigno Zumarán Alvitez, “Los cupisniques: antecesores de los mochicas” de David Ayasta Vallejo, “Morir en Puerto Tamborapa” de Nicolás Hidrogo Navarro.

H) ARTISTAS o grupos INVITADOS PRESENTADOS

Onelia Ardiles, “Vìctimas del vacìo”, “Edgar Dante Saavedra e hijos”, Nelly Lozano Alva.

GALERÍA LITERARIA:LAMBAYEQUE-PERU.2004-2006

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GALERÍA LITERARIA:
LOS QUE HICIERON Y HACEN HISTORIA EN EL CONGLOMERADO CULTURAL-LAMBAYEQUE-PERU.2004-2006

Todos ellos pasaron dejando una huella imborrable, una experiencia significativa.
Nuestra política la literatura; nuestra pasión, escribidores; nuestra obsesión hacedores de la palabra.

A) NARRADORES
Rubén Mesías Cornejo, Joaquín Huamán Rinza, Hugo Rojas Mendoza, Dandy Berrú Cubas, Nicolás Hidrogo Navarro, Marcoantonio Paredes, María Elena Flores Alvitez, Antonio Castro Cruz, William Célis Guerrero, Teresa Menor Alarcón, Abraham Ibáñez Meléndez, Rocío Ríos Arroyo, Juan Montenegro Ordoñez, Roxana Ayasta Seclén, Gerardo Carrillo Burga, Brander Gonzáles López, Juan Carlos Flores Tucto, Marles Eneque Solano, Paul Muro Losada, Fiorelita Sánchez Lapoint, Mabel Díaz, Alejandro Suyón, Guillermo Figueroa Luna, José Puga Mendoza, Juan Carlos Briones Dávila, José Antonio Ibáñez, David Huanilo, Carlos Bancayan Llontop, Zoila Gonzáles Rivas, Carlos Muro Yovera, Arturo Bravo Flores, Antonio Serrepe Ascencio, Anders Bocanegra, Antonio Castro Bernal, Luis Alberto Hurtado Ramírez, Manuel Burga Altamirano, Víctor Contreras Arroyo, Javier Villegas Fernández, Rully Falla Failoc, Miguel Garnett Jhonson, Willy Edilberto Salcedo Cueva, Dagoberto Ojeda Barturén

B) POETAS
Ernesto Zumarán Alvites, Nicolás Hidrogo Navarro, Marcoantonio Paredes, María Elena Alvítez Flores, Manuel Burga Altamirano, Carlos Bancayán Llontop, Jorge Fernández Espino, Magali López Solórzano, Jonathan Larrea Colchado, Teresa Menor Alarcón, César Limo, Naneska Alarcón Gonzáles, Carlos Abel Araujo Pita, Fernando Odiaga Gonzáles, Rolando Barrios Sandoval, Juan Felipe Chilón, Antonio Castro Bernal, Julio César Porras, Cesar Alexander Limo, Stanley Vega Requejo, Jomara Hidrogo Cabrera, Ana Miranda Salazar, Rocío Ríos Arroyo, Ronald Calle Córdova, Carlos Briones Dávila, Arturo Bravo Flores, Matilde Granados Requejo, Luis Alberto Hurtado Ramírez, CHACO GIL, Nevenka Waterdolsfer, Ronald Calle, Marles Eneque Solano, David Villena Reyes, Henger Capuñay Fenco, Javier Villegas Fernández, Diego Lazarte, Fredy Alcalde, Susy Violeta Morales Coz, César Emiberto Gastelo Guevara, Tomàs Serquèn Montehermoso, Guillermo Ortiz Suàrez, Carlos Santamaría, Guillermo Fernández, José Ramírez, Enrique Ríos, Néstor Cerna, Percy Espichán, Alberto Zelada, Edgar Palacios, Juan Josè Soto Bacigalupo, Melissa Ramírez Arévalo.

C) COMENTARISTAS
Antonio Castro Cruz, Milton Manayay Tafur, Elmer Llanos Díaz, Fernando Odiaga Gonzáles, Nicolás Hidrogo Navarro, Manuel Patiño López, Jesús Paiba Samamé, Teresa Menor Alarcón, Javier Villegas Fernández, Stanley Vega Requejo, Julio César Díaz Castro, Carlos Bancayán Llontop, Walter Alva Alva, José Wilson Gòmez Cumpa, Guillermo Figueoa Luna, Jorge Fernández Espino.

d) Ponentes:
Nicolás Hidrogo Navarro, Fernando Odiaga Gonzáles, Carlos Bancayán Llontop, Joaquín Huamán Rinza. Juan Montenegro Ordóñez, Luis Ángel Delgado Flores, Guillermo Figueroa Luna, Bruno Buendía Sialer, Marcoantonio Paredes, Luis Heredia Gonzáles, Julio César Díaz Castro.

e) círculos invitados PRESENTADOS EN PLENO
“Avanzada Cayaltileña”-Cayaltí. , “Legión”-Trujillo.

f) libros/REVISTAS presentados EN EL ESPACIO

“Metáfora”- Conglomerado Cultural, “A esa hora del día” de Nicolás Hidrogo Navarro, “Piedra fuerte” de Luis Ángel Yomona Yomona, “Danza ominosa” de Stanley Vega Requejo, “Dioses, hombres y duendes”, “Coñuma: la pasión por la ternura” de Rully Falla Failoc, “Pizzicato Labio” de Luis Boceli, “A ojo de pájaro” de Miguel Garnett Jonson, “La clavícula de Salomón” de Miguel Lazarte, “Certerni”, de Paul Muro Lozada, “Canto gris” de César Emiberto Gastelo Guevara, “Día de la Luna” de Susy Violeta Morales Coz, “En la puerta del infierno”, de Willy Salcedo Cueva. “Desde las orillas del Utcubamba” del Círculo Literario Todas las Sangres, “Esa casa que soy yo” de Guillermo Ortiz Suárez, “Palabra sobre los abismos” de Juan José Soto Bacigalupo, “El amor es màs…” de Javier Villegas Fernàndez, “Todavìa el paraíso” de Ernesto Benigno Zumarán Alvitez, “Los cupisniques: antecesores de los mochicas” de David Ayasta Vallejo, “Morir en Puerto Tamborapa” de Nicolás Hidrogo Navarro.

H) ARTISTAS o grupos INVITADOS PRESENTADOS

Onelia Ardiles, “Vìctimas del vacìo”, “Edgar Dante Saaavedra e hijos”, Nelly Lozano Alva.

PUEDE QUE MUERAS ESTA TARDE MIENTRAS ALMUERZAS; PERO LA LITERATURA PUEDE HACERTE INMORTAL

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PUEDE QUE MUERAS ESTA TARDE MIENTRAS ALMUERZAS; PERO LA LITERATURA PUEDE HACERTE INMORTAL


La preocupación por la inmortalidad y por una vida más allá de ésta, ha sido una constante y aspiración universal desde los orígenes de las civilizaciones y la gesta y grandeza de las culturas de la antigüedad. Los etruscos, los egipcios, griegos, celtas, los íberos, chinos, hindús, crearon fórmulas, jucalatorias, conjuntos, actos de esfuerzos supremos y trataron de hacer obras colosales mezclando ciencia, religión, magia, arquitectura, todo por inmortalizarse. El hombre siempre ha querido vivir más allá de su ciclo biológico y, aún en el empuje inicial del siglo XXI, seguimos aferrados de los paraísos ultraterrenales avivado por una gran profusión de martingalas teológicas, filosóficas y metafísicas. El hombre occidental actual, más pragmático, físico, que idealista y subjetivo, ha perdido su fe casi por completo de otra vida y, consciente de su corto ciclo, vive la vida aceleradamente de manera intrascendente, quiere ganarle tiempo al tiempo.

Eso no ocurre con la visión literaria que se tiene del mundo y las cosas. La inmotarlidad del creador no está en su vida, sino en su obra. El recuerdo de su efigie no está en sus suplicios o en sus egomanías, sino el intelecto imaginativo, creador y ficcionador de su trabajo literario. Su inmortalidad no es física, sino espiritual; su cuerpo puede desaparecer y hasta se puede dudar si son o no sus huesos los que se exhiben junto a un epitafio, pero no su obra.

En las constelaciones literarias que se exilien por todo el continente americano no sólo se levanta una nube de cohortes por asirse campo en algún pedestal de barro, de espuma de jabón de afeitar, de granito o de mármol, todos quieren, pero no todos pueden, todos aspiran, peor todos no llegan. La fama actual, puede ser el olvido o la gloria dentro de cien años, sólo la obra consolidará o avalará esa “inmortalidad” traducido en valoración, estudio y memoria de la obra y del creador.

Nuestros clásicos, Homero (el padre de la cultura griega), Tespis, Esquilo, Sófocles, Eurípides, Plauto y Terencio, Virgilio, Tucídides, tuvieron un sentido pleno de la inmortalidad, porque escribieron no para complacer un ego efímero y personal, sino porque sentaron las bases sempiternas del quehacer literario y del cual se han producido un sin fin de repeticiones, derivaciones, amplificaciones, que cuando no se las conoce, pareciera que estamos inventando el formular un verso, el elucubrar una metáfora o el estructurar un poema o trozo en prosa.

La literatura es un buen pretexto de inmolarte por ti mismo y por abrirte un derrotero en tu mísera vida; la literatura puede generarte espacios dialógicos mayores que los que pueda darte un encierro de ocio improductivo y autodestructivo. La literatura puede permitirte vivir entre las hojas, entre las palabras. La literatura puede ser tu más grande hetaira que cada noche te haga sufrir y cada mañana de haga delirar de placer estético al leerte a ti mismo. La literatura puede prologarte la vida, puede dejarte fosilizado en la historia de la humanidad. La literatura puede darte todo, pero necesita de ti la fuerza de la pasión, la entrega plena. Si estás dispuesto y quiero todo esto, es hora que todos lo que tengas de vida, de mundo, de experiencia, lo empieces a plasmar y a organizar en un texto, eres y empiezas a ser cuando enajenas y universalizas tu experiencia que empáticamente se compenetre con los demás.


Por: Nicolás Hidrogo Navarro
(hacedor1968@hotmail.com)
Coordinador General Conglomerado Cultural –Lambayeque-Perú
Lambayeque, setiembre 24 de 2006

GRAN ESCAPARATE LITERARIO ITINERANTE

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PROYECTO LITERARIO EN EJECUCIÓN

Hacedores y lectores de la palabra
GRAN ESCAPARATE LITERARIO ITINERANTE
“Biblioteca rodante abierta: Conglomerado Cultural”
Inauguración:

22 de setiembre 11.00 a.m. en la ciudad universitaria de la Universidad “Nacional Pedro Ruiz Gallo”-Lambayeque-Perú
Y por la noche 9.00 p.m., en el ya célebre espacio de Noches de cuento y poesía del INC-Lambayeque.


I.- FUNDAMENTACIÓN

El problema de la lectura en el Perù y en el mundo tiene causas (reales e imaginadas), pretextos, culpables e iniciativas rentadas sin fin.

Se editan, se venden-compran, se presentan, se posee libros, pero no se lee. Todas las bibliotecas piden carné para leer.

En las escuelas y en los hogares habitan los libros intactos, nada motiva a leerlos sino es por exigencia.

Muchos autores, noveles o consagrados, por otro lado, estàn en la permanente bùsqueda de lectores, abrtirse camino entre la voràgine de la fama o el olvido. Venden sus obras a gatas y las mismas instituciones educativas les cierran las puertas “porque no se perturbe las clases o porque ya se cuentan con los libros oficiales de lectura! Y asì los nuevos valores literarios tienen que hacer actos de sacrificio de regalara sus libros a periodistas, comentaristas, para recibir el favor de un comentario auqnue sea de cinco centìmetros cuadradados en algùn diaroil o revista.
Por todas esas consdieraciones “Bibloteca rodanbte abierta: Conglomerado Cultural” pretende incebtivar la lectura, satisfaciendo a autores y lectores que haya un reconcilizaciòn de ese binomio perido por la desmotivaciòn, encarecimiento de los textos y la apatìa mutua.

II.- OBJETIVOS:-

a) Motivar y potenciar los hàbitos de lectura y conocimiento de los nuevos autores vigentes de libros y obras de todos los genèros, plaquetas, separatas, folletos, etc.

b) Crear una biblioeta abierta, gratuita, disponibel todos lod ìas del año, permanente, itinerante que se complemente portando noticias de eventos culturales (encuentros, seminarios, juegos florales, talleres, recitales, contactos chat, videoconferencias, etc.) del àmbito local, nacional y mundial.

c) Ser manantial disponible de lectura en todos los espacios culturales (Escuelas, colegios, universidades, institutos, plazas, pueblos jòvenes) grandes aglomeraciones para difundir la obra del ingenio humano de todos aquellos que comparte la idea que los autores debemos acercarnos a nuestros lectores para que ellos empiecen a avalorarnos.

III.- METAS

a) Reunir y recpecionar material literario de 200 autores del mundo entero el primer año y exhibierlo de manera permanente.

b) Brinar el servicio gratuito tripe modalidad: exhibiciòn, lectura y venta de todas las obras de buena voluntad que llegaran para cumplir este gran proyecto y sueño literario.

c) Mantener correspondencia cibernética permanente, mediante fotografìas digitales de dónde estàn sus obras enviadas, a quiènes y cuàntos lectores cautiva la biblioteca rodante.

d) Estar presentes en todos los eventos literarios masivos del Perù entero y de ser facilitado en cualquier punto de latinoamèrica copn toda la obra.

e) Solicitar a acada autor tres ejemplares de cada obra como base de la biblioteca y que jamàs serà vendida sino tenido como patrimonio de todos los lectores, pudiendo el autor enviar màs ejemplares para su venta con la consiguiente retribuciòn por giro bancario., al tèrmino de su venta.


LIBROS DE SOPORTE INICIAL OBTENIDOS HASTA EL 03 DE SETIEMBRE DE 2006

“Metáfora Nº 01, 02, 03”- Conglomerado Cultural,
“A esa hora del día” de Lic. Nicolás Hidrogo Navarro
“Piedra fuerte” de Luis Ángel Yomona Yomona
“Dioses, hombres y duendes”, “Coñuma: la pasión por la ternura” de Rully Falla Failoc,
“Pizzicato Labio” de Luis Boceli
“Generaciòn del 90 o generaciòn plaqueta en Lambayeque” de Lic. Nicolàs Hidrogo Navarro.
“A ojo de pájaro” de Miguel Garnett Jonson,
“La clavícula de Salomón” de Miguel Lazarte
“Certerni”, de Paul Muro Lozada
“Canto gris” de César Emiberto Gastelo Guevara
“Día de la Luna” de Susy Violeta Morales Coz
“En la puerta del infierno”, de Willy Salcedo Cueva.
“Desde las orillas del Utcubamba” del Círculo Literario Todas las Sangres
“Esa casa que soy yo” de Guillermo Ortiz Suárez
“Palabra sobre los abismos” de Juan José Soto Bacigalupo
“El amor es màs…” de Javier Villegas Fernández.
“Todavìa el paraíso” de Ernesto Benigno Zumaràn Alvitez
“Los cupisniques: antecedores de los mochicas” de Lic. David Ayasta Vallejo
“Morir en Puerto Tamborapa” de Lic. Nicolàs Hidrogo Navarro
“Destino del amanecer II” de Susy Violeta Morales Coz
“Horas de Reflexiòn, paz y Alegría” de Germán W. Posadas Narro
“La barca de Eucalipto” de DiosDado y otros
“A la sombra de todos los espejos” de Ricardo Ayllón
“Gotas de Càliz” de Germán W. Posadas Narro
“Palabras para la vida” de Javier Villegas Fernàndez
“Mates ornamentados del Perù” de Lic. David Ayasta Vallejo.
“Trama Nº 02” de Grupo Legìòn- Trujillo-Perú
“El jardìn de los amables Espinos” de Arianna Castañeda
“Carta de un fantasma” de Arturo Bravo Flores
“Chasqui” Boletín cultural del Ministrio de Relaciones Exteriores del Perù (varios nùmeros).
“Morteros de piedra del Perú” de Lic. David Ayasta Seclén
de CHACO GIL
(Faltas tú….)


Envianos tu obra en tres ejemplares a 8 de Octubre Nº 930-Lambayeque-Perù
Y da el salto entre el anonimato al reconocimiento por tu obra
Tfnos. (074) 283273 - (074) 284363 - (074) 9607442


¡¡¡No basta que elucubres en tu mente un poema, un cuento, una novela o una drama-comedia-tragedia;
no basta que la edites; no basta que la presentes con un bonito pròlogo de tus amigos;
no basta que la vendas o las regales a tus amigos;
no basta que esté muy bien diseñada a todo color y en el mejor papel del mundo;
no basta que te marketes en los diarios, en la tele o en internet;
no basta que tengas tu blogg personal y 100 editores amigos;
no basta que te alucines el mejor poeta o narrador del mundo, cuando lo mÁs importante es que te LEAN!!!


“Entré a la literatura como un rayo, saldré de ella como un trueno”
Guy de Maupassant

¿MARGINADOS O AUTOMARGINADOS?

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¿MARGINADOS O AUTOMARGINADOS?

VIDA Y RESPONSABILIDADES DE LOS POETAS BORRACHINES


Es típico figurarse la imagen de un poeta como un atormentando del sino, involucrado en los aspectos más sublimados y defenestrados de la experiencia humana, el dolor, la estolidez y la vivencialidad aberrante. ¿Acaso para ser poeta se reclama ser incomprendido, díscolo, destornillado, raro, extravagante? ¿Acaso para ser llamado poeta debemos dejarnos ver piltrafas, mequetrefes, desorbitados, ebrios escuálidos, desgreñados putrefactos, apestosos? Creo que esa imagen de destartalez, de lumpen y submundo, màs que bien, ha maculado la imagen del “ser poeta” a través de la historia. Y es que muchos no sólo han desgraciado su propia vida y han entufado su imagen por sus propias actitudes Buenos como poetas-creadores, pero perfectos sinvergüenzas, canallas, borrachines alcohólicos, drogadictos viciosos y antisociales, irresponsables y vividores- ¿Acaso no tiene que haber cierta congruencia entre lo que se vive y se escribe? ¿Cómo podría validar un poema de amor, de paz, de candidez; si mi estilo de vida es de odio, misogenerìa y de grosera y putrefacta esperpentez sexópata? ¿Acaso nada tiene que ver la belleza de un poema con la fetidez de las actitudes del que lo crea? Por supuesto, un poeta limpio en su verso tiene que tener una mente, actitud y acciones limpias para que su verso se apareje a lo que es como artista y persona.

Cuando un poeta está ebrio no solo aflora su dolor, su llanto de sus frustraciones, sus fobias, sus complejos de inferioridad (escondido en que es el dios de la poesía y que sus creaciones son el màs perfecto néctar destilado del lenguaje y de la invención humana) sino que también brota su egomanía, sus taras y su profundad soledad y sentimiento de frustraciones e incomprensiones. Como todo borrachito, poeta o no: cuando está ebrio le brota la verdad y su mísera realidad. Pero no es que el poeta carezca y deba prescindir de problemas y miserias, quizás sea este el combustible perfecto para hacer y avanzar en cantidad y calidad en sus creaciones, el asunto es la imagen que proyecta, el asunto es lo que él crea y diferencie la bohemia de una juerga sin sentido, sólo como un atosigamiento de licor que estupidiza y lo sumerja en la tinieblas de los desposeídos y lleguen a tocar el fondo de la nada.

Cuando un poeta borrachín se queje o se autoatribuya ser un marginado social ¿acaso no le quepa responsabilidad en sus propias actitudes? En el Perú, en general y en Lambayeque en particular, si un encuentro, tertulia, recital, encuentro no termina en una reverenda juerga, el evento no fue bueno. ¿Es que acaso estamos celebrando nuestra marginalidad o nuestro propio fracaso para calar con nuestra literatura en la sociedad? ¿Es que acaso nos van querer màs, leer màs porque vendamos nuestra imagen que andamos a media noche por las calles, los parques cual piltrafas humanas a dar pena? Si Faulkner, Joyce, Hemingway, Poe, Darío, Chocano, Valdelomar, Vallejo, Bryce, han entrado a las páginas de la lectura obligadas y a los currículos oficiales, no es porque fueron borrachines, sino màs que eso: creadores. Su alcoholismo o dipsomanía sólo es un hecho anecdótico: nadie ha pasado la inmortalidad, en literatura, por ser un simple borrachito.

Hay gente que hasta hace apología y reverencia –equivocadamente- la borrachera y hasta la justifica como un acto de prender la chispa de la creatividad literaria. La borrachera quizá haga màs daño que la falta de lectores, la inexistencia de editoriales, falta de políticas culturales, pues nadie a un borracho toma en serio ni menos lo respeto ni menos le permiten entrar a la pedagogía literaria, el tufo de su “fama de saratraposo”, lo aniquila y macula a todos los que transitan por los senderos de la literatura.

Muchos versiculeros en el Perú han y utilizan la literatura como fachada para dar rienda suelta a su propia autodestrucción, sólo les ha importado en un fin de semana encontrar un alivio en el vicio cancerígeno de su seudobohemia, han creído solucionar su problemas en un noche de viernes, pero han tenido los seis días de fracaso, ha vuelto al día siguiente, meados por los perros y cagados por la oscuridad de la noche, envueltos en sus propios vómitos y atorados en su propia angustia existencial de misios, a ser los mismos: borrachines que, sin beber licor, andan ebrios de soledad, orfandad, miseria, complejos y angustias. Pudo màs el fracaso de su vicio que la belleza de su verso, no concomitante con su grandeza literaria.
Por: Nicolás Hidrogo Navarro
(hacedor1968@hotmail.com)
Lambayeque, agosto 21 de 2006

LITERATURA REGIONAL DE LOS ORÍGENES EN LAMBAYEQUE

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LITERATURA REGIONAL DE LOS ORÍGENES EN LAMBAYEQUE
Evolución y caracterización diacrónica

Por: Lic. Nicolás Hidrogo Navarro
(hacedor1968@hotmail.com)

INTROITO

El proceso histórico de la literatura regional en Lambayeque pasa por tres preguntas motivadoras fundamentales: ¿Existió y existe una literatura lambayecana? ¿Lambayeque tiene elementos simbólicos y alegóricos trasuntados en su literatura? ¿En qué momento surge una literatura auténticamente lambayecana, teniendo como cultores no necesariamente a lambayecanos sino tránsitos terrígenas?

Corolariamente no existió literatura lambayecana, sino literatura regional hecha, editada y difundida en Lambayeque. Los elementos simbólicos como el huerequeque, la chilala y la parafernalia iconográfica muchik, no se encuentran presentes en la constante temática de los poemas, cuentos, novelas de manera orgánica y sistemática, sino como elementos referencialmente artificiales, no vivenciales.

La concepción de la creación y producción auténticamente literaria, desligada de la política, la reivindicación sindicalista y los ideales de redención social como nación y como Lambayeque, recién aparece a fines del siglo XIX con la obra del modernista José Eufemio Lora y Lora y el criollista-costumbrista Emiliano Niño Pastor. Antes y después, hasta al década del 60 del siglo XX, hubo una contaminación de los géneros y especies y nos se distinguía la literatura del panfleto político o del libelo periodístico.

Lambayeque, tuvo y tiene, hasta la actualidad una fuerte tradición lírica, ligado al individualismo sensiblero en su gran mayoría; y en otras, a la expresión de la belleza y concepción del mundo exterior.

Desde el remoto escribano, solado conquistador español a caballo con pluma de ganso y grandes pliegos de papel de cáñamo, hasta el moderno escrutador del alma y delineador de relatos modernos en una computadora, han pasado cinco siglos inmensos de perplejidad y cambios radicales, pero la literatura estuvo alojada allí en la pupila, en el labio, en el pensar, en el papel, purista o entremezclada híbridamente con las pasiones humanas y la chúcara realidad, pero estuvo allí y hoy tenemos que estudiarla, revalorarla, encontrando el hilo conductor, hasta desbaratar esa gran caja china, con una gran salto cualitativo desde 1532 hasta el 2006.

CUERPO CRÍTICO

A) La época prehispánica (s. X d.c. s.1531)

La cultura Lambayeque no registra hasta la actualidad (2006) una evidencia científica de lengua escrita, sí hablada, el muchik, pero pese a que la simbología en payares representan una elevada categoría semiótica, no alcanza el grado lingüístico de una lengua con categoría de comprensión social en todos los estratos y diacrónicamente no nos ha llegado descifrada de manera coherente y lógica.

Sin embargo, estas formas jeroglíficas que han quedado plasmadas en huacos retratos y pictografiados, en telas funerarias, en frescos y murales, revelan el alto sentido de la cosmovisión de un literaturismo primitivo que debió tener en la oralidad su expresión más elevada a través de mitos y leyendas que se deben haber extraviado de la fugaz fonética de sus antiguos habitantes.

La iconografía moche es muy rica y suple la carencia en idioma escrito comprendido y descifrado. Gran parte de estas formas iconográficas revelan un sistema semiótico paralelo a la lengua oral, donde sincréticamente se fusiona el aspecto cosmogónico, mítico-mágico-religioso con la actitud guerrerista, conquistadora, lujuriosa e intimista de los antiguos lambayecanos. El sentido antro y zoomorfico, revela grandes cualidades imaginativas y por lo tanto una predisposición al relato oral, embrión primigenio de una literatura que tenía que ver con su ser, lo oculto, lo posesivo y sus premoniciones.

Las leyendas de: “Naymlap”, recogido por Miguel Cabello Balvoa en su Miscelánea Antártica, “El Origen del Algarrobo”, “Ninamasha y Pachacamac”, “La Rebelión de las cosas”, “Leyenda de Aka Fala”; y el mito de “El dios Kon”, constituyen expresiones auténticas literarias del periodo prehispano Lambayeque y que gracias a la tradición oral y la recopilación de las fuentes orales de los cronistas conquistadores, nos ha llegado a nosotros envuelto en una nueva lengua avasalladora: el castellano.

B) Periodo de la conquista (1532-1554)

La conquista cogió a los antiguos lambayecanos o muchik, con costumbres y rituales sangrientos, basado en deidades, dragones, cangrejos, aves emplumadas, reptiles, demonios alados, cosmogonía del día y la noche, del bien y el mal, del sol y la luna, del mar y la lluvia, de la tierra y las plantas, todo ello plasmado iconográficamente con un mudo silencio de rictus y sacrificio sangriento.

Al decir de Juan José Vega “Los llampayecs fueron una… colectividad costeña tardíamente asimilada al Imperio del Cuzco y que jamás tuvo muchos lazos comunes con la gran metrópoli andina”, de allí que su lengua no fue el runa simi, sino el muchik, lengua de menor número de usuarios. Siguiendo con el mismo proceso de caracterización el autor de Pizarro en Lambayeque, dice “…los lambayecs tuvieron frente al Cusco, como frente a las demás colectividades de ese viejo Perú, una cultura y una legua propias; un arte distinto; una economía diferente; costumbres diversas a los demás y especialmente a las surandinas. Tenían los llampayecs una historia propia, más antigua que la cuzqueña y una aristocracia aborigen rencorosa, con ansias de recuperar los privilegios arrebatados primero por el gran Chimú y luego por los Incas.”, Esto nos puede dar una idea que la idea de literatura en el Lambayeque antiguo, traducido en sus cantos, himnos, plegarias, en sus mitos y leyendas, no debió parecerse en nada a lo que se conoce como el antiguo Tawantinsuyo.

Los primero cronistas que pisaron y describieron toponímicamente a la región de Lambayeque, haciendo un inventario de sus hombres, riquezas, costumbres, flora, fauna, las formas y los procedimientos de conquista, serían los soldados cronistas Diego de Trujillo, Francisco de Jerez (secretario personal de Francisco Pizarro), el Capitán Cristóbal de Mena, Pedro Cieza de León, entre otros. Ellos al describir la penosa y agreste travesía de Francisco Pizarro por Motupe, Salas, Jayanca. Mochumí, Cinto, Collique y por el río Chancay, Reque, camino a Cajamarca, habrían creado la primera referencia epopéyica de la topografía lambayecana y el precedente más antiguo sobre crónica de conquista, inscrita dentro de la tradición literaria.

Dentro de la tradicón oral recogida por los cronistas destacan infinidad de mitos y leyendas en torno a la presencia dominadora y conquistadora del Inca Wuayna Capac en la región Lambayeque, a su paso por Collique, Cinto (actual, Ferreñafe), Kañaris, Kongacha e Inkawasi.

C) Periodo virreynal (1555-1820)

La predominancia de la pintura mural, la escultura, la imaginería, la confección de retablos, la cerámica, metalurgia, orefebrería, copó casi toda la actividad artística y cultural, sumado al gran predominio religioso, todas estas rates debía tributar a la divinidad. En este periodo, en Lambayeque no se produjo una literatura auténtica, sino documentos notariales de escribanos públicos.

La literatura lambayecana, como la peruana en general, también fue un proceso de imposición, remedo y continuación de la tradición hispana. Lambayeque fue sólo un apéndice del centralismo del virreinato peruano. Los primero escritos que se produjeron, sin tener el rigor de literatura fueron los escritos notariales y los inventarios de los mismos españoles. Registros históricos que tenían una mezcla de documentos jurídicos, informes administrativos, memorandos judiciales, anecdotarios políticos, sociales, religiosos y económicos.

Esta etapa se caracterizó por resistencias y conformación de palenques, movimientos de plebes, levantamientos y revueltas anticoloniales, antigamonales, tomas de haciendas como las de Tumán, Pomalca, Calupe, Cayaltí, y a pesar que llegaban libros de Europa por Barcos, eran sólo del uso de una casta privilegiada. No se producía libros ni literatura propiamente dicha, en el contexto regional. Conquistador y conquistados, más preocupados en mantener sus estatus, los primeros, y, lograr su independencia, los segundos, se enfrascaron en sus revueltas y la literatura pasó a ser sólo un uso ocasional de refranes coplados, versadas, décimas, cumanas díscolas y pícaras de los negros de Saña, heredas de los piuranos.

Saña podría ser la villa histórica, poblada de leyendas de piratas y de bailes libidinosos de los afronegroides, cantos profanos-religiosos donde nace la primera literatura lambayecana autóctonamente propia. Las coplas, las glosas, décimas y las cumananas constituyeron los géneros predilectos donde de manera versada y canturreada, fluye la expresión natural del antiesclavismo, pero al mismo tiempo la chispa alegre, jaranera y libertina de los negros lambayecanos, junto con su cimbreante danzar.

d) Periodo de la independencia y república (XIX-XX)

Este periodo está caracterizado por ser un momento de sacudimientos e ideales libertarios. El surgimiento de periódicos como… donde aparecían coplas, décimas y manifiestos de corte político y antimonarárquico, generó más que una corriente literaria en el verso, un instrumento de repulsa, sátira contra el viejo orden colonial, peor también con el naciente militarismo.
Literariamente esta etapa tiene hasta tres momentos:

a) Momento de la identidad lambayecana (1821-1980)

1.- Generación modernista (1821-1910)

José Eufemio Lora y Lora, Emiliano Niño Pastor, Enrique López Albújar
Es una generación cosmopolita en la forma, pero identificada con la terregineidad en el fondo. Es el gran momento del verso clásico y de la prosa refinada. Es el momento de la internacionalización de la literatura lambayecana.

2.- Grupo de Chiclayo o Bohemia chiclayana o Grupo de Vanguardia (1910-1930)

El auge del marxismo en Europa con su reguero de pólvora por América, llega a Chiclayo y encuentra entre sus intelectuales lambayecanos su mjeo caldo cultivo para a través del editorial, los furibundo artículos, hacer notar su presencia. Al decir del destacado historiador lambayecano, el profesor Pedro delgado Rosado, en su artículo (Utopía Norteña, abril de 1995-FACHSE-UNPRG), Movimiento intelectual en Lambayeque 1920-1930, la política y la literatura estaban íntimamente ligados. Entre estos corajudos políticos con ideales socialistas-marxistas destacaban, Nicanor Alejandro de la Fuente Sifuentes Nixa (1902), Carlos Arbulú Miranda, José María León Barandiarán, José Alvarado Mesones de la Piedra, Juan José Lora y Olivares, Oscar A. Imaña, José del Carmen Bracamonte Cervera, Mario Bazón, Jorge Jiménez Monsalve, Augusto Demetrio León Barandiarán, Lorenzo Justiniano Cubas Barboza, Lorenzo S. Orrego Vargas, Valentín delgado Bueno, Mario Pasco Gargurevich, Medardo R. Revilla, Juan Rivera Piedra, Ricardo Abelardo Miranda Romero, Rómulo Paredes Gonzáles, Rogelio Pérez Castro y Nazario Chávez Aliaga.

El Club Unión y Patriotismo de Chiclayo, era en este periodo el gran impulsor junto al colegio Nacional de San José de sendos juegos florales.

Las revistas “Colónida”, “Bronce”, “Proteo”, “Frívola”, “Balnearios”, “Juventud”

En esta etapa surgen los periódicos “La Protesta libre” (1906-1909) y “La abeja” (1909-1920), “El País”, “El tiempo”, “El progreso”, “La tarde”, “El tiempo”, “Crítica”, “La hora”, “Ahora”, “Hechos”, “La Industria”, de clara orientación anarquista, reivindicacionista del proletariado de la época, donde publicaban columnas literarias como Lunes literarios, Sábado de los poetas, El sábado con la literatura, El rincón de los poetas.

3.- Generación del 50

Alfredo José Delgado Bravo (1924), Alfonso Tello Marchena (1923-1986)
Mario Puga Imaña (1915-1959), Mario Florián Díaz (1917-1999), Carlos Camino Calderón (1884-1956)

Caracterizada por una fuerte identidad folklórica, un intento de rescate de la identidad lambayecana y una concepción y apego al canon clásico rubendariano y la vanguardia de la generación del 900 y el telurismo vallejiano.

4.- Generación del 60

Estuardo Deza Saldaña (1928), Carlos Bancayán Llontop (1943), Jorge Fernández Espino (1943), Mario Camino Negrón (1939), Carlos Ramírez Soto (1943), Raúl Ramírez Soto (1939), Max Dextre (1936 - 1998), Ricardo Rivas Martino (1935), José Vargas Rodríguez (1938), Andrés Díaz Núnez (1943), Rully Falla Failoc, Elio Otiniano Mauricci (1930).

Es una generación de polendas y reivindicaciones sociales y con gran acento chocanesco y heraudiano. Pegados unos a la tradición y otros eclosionados hacia el versolibrismo y el surrealismo.

5.- Generaciónd el 70

Ramírez Ruiz, Juan (1946), Arce Torres, Luis (1950), Víctor Díaz Monge (1943), Oscar Vilchez Vélez, Nicolás Guerrero Zapata (1947-2000), Moraima León Sáenz (1950), Leonela Másquez Solís (1945), Beatriz Moreno Quiróz (1949), Juan Flores Arrascue (1955), Moisés Espinoza Gálvez (1946), Enrique Solano Rodríguez (1940), Antonio Serrepe Ascencio, Es una generación dividida entre el arte comprometido sartreano y el arte por el arte camusiano, revela una gran intimismo poético basado en las formas libres y expresa ya un desapego a las formas y simbolismo lambayecano, para mostrarnos más su yo poético, que su yo social.

6.- Generación del 80

Larcery Díaz Suárez, Mariana Llano (1959), Javier Villegas Fernández (1956), Manuel Patiño López (1962), Arturo Rodríguez Serquén (1963), Zoila Gonzáles Rivas, Víctor Contreras Arroyo, Bruno Buendía Sialer.
Representa una generación socialmente descompuesta pro el sistema político, pero cargada de ilusiones líricas y, en el caso, especial de Buendía, un experimentalismo narratológico que trasciende hacia la expresión existencial del onirismo sensualista.

b) Momento de la deslambayecanización (1990-2006)

1.- Generación del 90

Ernesto Zumarán Alvites (1969), Carlos Becerra Popuche (1971), Luis Ernesto Facundo Neyra (1973), Stanley Vega Requejo (1972), Nicolás Hidrogo Navarro (1968), Luis Hinojosa Valdera (1967), Luis Ángel Yomona Yomona (1966), Joaquín Huamán Rinza (1962), Ana Miranda (1977), Antonio Noblecilla Rivas (1971), Juan Montenegro Ordoñez (1965), Lalí Oalva Pereyra (1976), Rubén Mesías Cornejo, Hugo Rojas Mendoza, Dandy Berrú Cubas, William Célis Guerrero, Juan Carlos Flores Tucto, Nevenka Waterdolsfer, Giulianna Aguirre Zevallos, William Célis.

Es una generación plaquetera y con profundos abismos diferenciales entre propuesta y propuesta poética y narrativa. Huérfana de lectores, carente de espacios publicitarios y con un gran arraigo del alcohol. Fue una generación cobardemente indiferente y timorata ante el sistema político-social imperante. Buscó el efectismo marketero y se llenó de ínfulas No estuvo preparada para el triunfó, cantó victoria antes de tiempo. Pero dejó una huella de círculos literarios y una gran cantidad de trabajos inéditos. “Umbral”, “Argos” “Arboleda” y “Ubicuos Malditos”, constituyen los espacios aglutinadores. Competieron entre sí, más con la ínfula que con la propuesta estética. No tuvo adalides ni una propuesta estética definida, cada uno hizo islas y derivó hacia su propio derrotero existencial. Es una generación que los 2000 recién está alcanzado su plena madurez y se afana por no naufragar entre el repostamiento de los 2000 y la indiferencia lectora.

2.- Generación 2000

Marcoantonio Paredes, Maria Elena Flores Alvitez, Antonio Castro Cruz, Teresa Menor Alarcón, Abraham Ibáñez Meléndez, Roxana Ayasta Seclén, Gerardo Carrillo Burga, Brander Gonzáles López, Marles Eneque Solano, Paul Muro Losada, Fiorelita Sánchez Lapoint, Mabel Díaz, Alejandro Suyón, José Antonio Ibáñez, David Huanilo, Carlos Muro Yovera, Arturo Bravo Flores, Antonio Castro Bernal, Luis Alberto Hurtado Ramírez, Manuel Burga Altamirano, Magaly López Solórzano, Jonathan Larrea Colchado, César Limo Mil, Naneska Alarcón Gonzáles, Carlos Abel Araujo Pita, Fernando Odiaga Gonzáles, Rolando Barrios Sandoval, Juan Felipe Chilón, Julio César Porras, Jomara Hidrogo Cabrera, Rocío Ríos Arroyo, Ronald Calle Córdova, Matilde Granados Requejo, David Villena Reyes, Henger Capuñay Fenco, Luis Boceli, Krishtian Valiente Uriarte.

Es una generación experimentalista y muy cosmopolita, con una elevada calidad estética en su fondo expresivo y su forma lingüística. Centrado en la propuesta estética tanto lírica como narratológica, hacia una humanismo renovado y reconciliado entre el quehacer místico y el devaneo juvenil. Quizá sea la síntesis de la deslambayecanización, quizá sea el corolario de todas las fuerzas y todas las tormentas desatadas entre el yoismo poético, la narración urbana, el rescate lúdico de la identidad, pero fundamentalmente la expresión del esencialismo como una opción de vida, hastiazo del discurso fofo de los versificadores antes que de lo poéticamente sentido y vivenciado. Funden el quehacer literario con la preocupación del hacer humanístico. Tienen la idea, les falta la mística, identificarse como artistas holísticos y entrega total, les falta sentirse creadores universales, les falta meter los zapatos hasta el hígado y llaga misma de la humanidad. Pero su verso, su párrafo vaticina una gran generación, que hoy recién empieza a volar con alas propias y con un ímpetu inusitado.

CONCLUSIONES

· Lambayeque tiene un rico material numénico y una raigambre tradicionalmente lírica, desde sus orígenes prehispánicos.

· El excesivo antropologismo y arqueologismo de la zona, ha mermado el estudio de los antecedentes literarios desde la base lingüística de una no descifrada científicamente escritura muchik.

· Entre literatura lambayecana y literatura regional, se debate una polémica, por la ausencia de simbolismos locales dentro de la tradición, las fuentes inspirativas, los temas y la propuesta estética inexistente propia.

· Es recién afines del siglo XIX que surge una literatura en Lambayeque propiamente dicha, entremezclada con el ensayo político, el pasquín sindical y el editorial periodístico.
· Dos generaciones fluyen actualmente nítidamente: la de los 90 madurada en su quehacer y reflexionar desde su quehacer desde 1992-2000, y una nueva que reclama y toma por asalto, la generación 2000, la palestra literaria enriquecida por influencias remotas de lecturas exóticas del Internet y su afán de esencializar y darle a la literatura una razón de vida, un pretexto de esteticismo y una comulgación con sus ideales y aspiraciones,

EPÍLOGO

Desde el Conglomerado Cultural Perú, venimos luchando contra la gran desidia de lectores y la insensible pérdida de creadores, en la calle y en los Institutos Pedagógicos y Universidades. Venimos integrando creadores tímidos y solitarios a esa minúscula cofradía de los “poetas y narradores loquitos que se reúnen viernes a viernes en el INC-Lambayeque desde las 8.00 p.m. hasta las 11.00 p.m.”, cuestionando a docentes de la especialidad de Lengua y Literatura por esa inmensa apatía y desconexión con el mundo de la literatura viva. Y hoy tenemos la oportunidad de meternos en el aula, y frente a todos aquellos, que, quizá mañana, sean los incendiarios y promotores de la literatura (creación-comprensión-interpretación-valoración) o los bomberos, torturadores, memoriosos, adormecedores y deicidas de nuestra literatura de ayer, hoy y siempre.

Lambayeque, junio 21 de 2006

GRACIAS A LA PIRATERÍA… QUE NOS HA DADO TANTO…

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GRACIAS A LA PIRATERÍA… QUE NOS HA DADO TANTO…

Por: Nicolás Hidrogo Navarro
(hacedor1968@hotmail.com)


“Si no encuentran un libro mío, en original, fotocópienlo, por favor. Busquen la edición pirata, sí la pirata, porque yo escribo para el pueblo no para enriquecer a los editores. No es posible que, mientras producir un libro mío cueste entre 10 a 15 soles, por el hecho de estar en un librería cueste entre 70 u 80 soles”.
Eduardo Gonzáles Viaña
(Palabras emotivas en el II ENCUENTRO REGIONAL DEL NORTE DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL “Graciela Zárate León”- Del 21 al 24 de Junio-2006- Pacasmayo.

El Perú se localiza en el ranking de la piratería como el tercer país en Latinoamérica que mayor “productos ilegales” registra en la industria fonográfica, videográfica, confecciones, alimenticia, software, electrodoméstica y librera. Pese a que se nos vende la imagen de diferencia de calidad, en los últimos tiempos la piratería misma se ha sometido al reto de ser competitiva y ahora sólo la diferencia es mayoritariamente la de productos que tributan y productos que evaden impuestos.

Los más perjudicados con la piratería son las grandes marcas y transnacionales que se ven muchas veces expuestos a su propia quiebra. Gracias a la piratería somos testigos como día a día los márgenes de utilidad de las grandes empresas, antes de 30, 40, 50, 60%, se ha reducido significativamente a sólo 15 a 20%, eso ha permitido que más productos originales hoy, sean de acceso masivo. El reto de las grandes empresas en el futuro será competir con la propia piratería en costos, porque en calidad del producto está casi superado. La piratería no se trata ni de valores ni de nacionalismos ni de legislación, es una cuestión de poner la creación, la imaginación, el esfuerzo, la inventiva al servicio de los demás, recibiendo una justa compensación, pero no un voraz apetito lucrador.

Si una obra es pirateada es sinónimo que no solamente es importante, leída, sino que representa casi una venganza soterrada en contra de los impuestos a la edición de textos, el apetito voraz de los editores y la ilusa motivación de enriquecimiento lucrativo de los creadores o escribidores a sueldo o en proceso de aburguesamiento.

No es que la piratería desaliente o no estimule, o no valore la creación e invención humana (talento-experimento-inversión), mito creado por los que viven del lucro, productor, comercializador, recaudador de impuestos, ella abre la puerta trasera del usufructo por donde los que menos tienen son “invitados” a una función sin tarjeta. La piratería ha paritado a ricos con pobres y ha permitido vivir, disfrutar, crear fuentes y dividendos laborales de los que antes estuvieron marginados y vedados.

En el Perú, pese a las leyes prohibitivas y punitivas de propiedad intelectual y competencia desleal, de cada 10 libros que se compran, sólo dos se compran en librerías formales y 8 en librerías no formales o de venta ambulatoria. Lo que significa que en las segundas, un mismo texto, con diferente procedencia editorial, pueda costar un 80% u 90% menos que en las librerías formales. El costo de los libros no sólo están gravados con el IGV, sino también con el impuesto selectivo al consumo (ISC), con un alto porcentaje de comisión al vendedor y con no poco apetito de lucro por parte de editores y editoriales. Esto ha hecho que la piratería, lejos de disminuir, lo prohibido, lo satanizado, penado, “lo censurado por los que lucran con los libros”, aumente de manera exponencial.

Sin embargo, pese a los bajos niveles de lectura registrada en todos los estratos sociales y niveles educativos, una segunda puerta clandestina de acceso a los libros es la piratería, que ha generado todo un fenómeno poco comprensible, pero, escandalosamente universalizado: la fotocopia, como práctica común en el sistema educativo en todos los niveles.
Gracias a la piratería, Ud., yo, ustedes, hemos podido leer libros que jamás hubiéramos podido leer por sus costos. Gracias a la piratería muchos productos “originales”, han reducido drásticamente sus márgenes de utilidad y están ahora al acceso popular. Gracias a la piratería sus hijos pueden tener de consulta libros de medicina o derecho fotocopiados que superan los 500 soles y que tan sólo por cinco o diez soles, tenemos un material educativo. Gracias a la piratería he podido escribir este artículo en una computadora que si su software fuera original, costaría más que el propio hardware pagado. Gracias a “la maldita, ilegal, mala, delincuencial, sórdida, canalla y desleal, piratería”, es que los más pobres se pueden beneficiar y disfrutar de lo que antes sólo podían hacerlo los que más tenían.


Lambayeque, julio 02 de 2006

Nicolás Hidrogo Navarro
Coordinador General Conglomerado Cultural –Lambayeque-Perú


los temas inspiradores en la narrativa lambayecana

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los temas inspiradores en la narrativa lambayecana

Por: Nicolás Hidrogo Navarro

(hacedor1968@hotmail.com)


Lambayeque cuenta con una docena de narradores persistentes y reconocidos como tales, casi recién descubiertos y dados a la luz pública en los 2000. Siempre se mantuvieron anónimamente ocultos, porque la predominancia de la tradición lírica los opacó o no hubo un espacio para escuchar por el lapso de entre quince y 20 minutos una historia. Cuentos, mitos, leyendas, tradiciones los hubo y se editaron con flaco favor de venta y difusión. Es indudable que los lambayecanos vivimos entre huacas prehispánicas y una rica tradición mítica de dioses, guerreros muchiks y una ingente y vívida tradición oral popular de historias de aparecidos, duendes, príncipes y guerreros decepcionados, lloronas, carretas y bueyes encantados de áurico fulgor que trafalgan a medianoche entre el imaginario popular. Sin embargo, esta tradición de leyendas (Naymlap, Origen del Algarrobo, Ninamasha y Pachacamac, La Rebelión de las cosas, Leyenda de Aka Fala) y mitos (El dios Kon,) se ha volatizado por completo en la zona urbana y entre la gente joven y se ha mantenido intacta en la zona rural o entre los antiguos que aún mastican en la noche sus historias a la luz de un rescoldor de algarrobos achicharrantes.



Generacionalmente la temática narrativa ha ido evolucionando desde los temas terrígenos con sabor a identidad lambayecana de los 70 y 80 a los deslambayecanizados de los 90 y 2000.

En los 70 prevalecen las figuras de Alfredo José Delgado Bravo, Estuardo Deza Saldaña y Carlos Bancayán Llontop, quienes de manera esporádica publican y daba a la luz cuentos que eran solo leídos por una minoria literaria y cuyas temáticas tenían un sabor a temas con un trasfondo a protesta social y algunos rasgos de historias de amor con personajes de épico pasado prehispánico.

En los 80, surgen figuras como Mario Camino Negrón, , Rully Falla Failoc, Elio Otiniano Maurice, Mariano Llano, Segundo Delgado, Andrés Díaz Núñez, con una carácter más localista en el caso de Camino, Falla y Díaz, funden la tradición misma de las historias y le dan su acento propio. Es de destacar que Rully, más recopilador e investigador, costumbrista y etnolingüístico, recoge de fuentes directas en su “Dioses, hombres y duendes”, mitos y leyendas de los pueblos de la zona rural de al provincia de Lambayeque y le da su propia visión de narrador, tomando como bases los relatos orales y su propio conocimiento.

En los 90 van a surgir más narradores conocidos, aunque con escasa divulgación y más incentivados por los juegos florales que por convicción y allí destacarán personalidades como Rubén Mesías Cornejo, Luis Ernesto Facundo Neyra, Nicolás Hidrogo Navarro, Juan Montenegro Ordoñez, Dandy Berrú Cubas, Joaquín Huamán Rinza y delincuencialmente plagiador Carlos Alberto Cachay Flores (hoy borrado de toda la tradición narrativa en Lambayeque). Facundo e Hidrogo tenían una prosa anecdótica escolar; Montenegro y Berrú, argumentos sociales; Huamán, ruralista y terrígena; Mesías, ficcionador y evasor de la realidad.

En los 2000 se abre una abanico de posibilidades y se destapa un conglomerado de narradores entre los cuales destacan Marcoantonio Paredes, María Elena Flores Alvitez, Antonio Castro Cruz, Teresa Menor Alarcón, Abraham Ibáñez Meléndez, Rocío Ríos Arroyo, Roxana Ayasta Seclén, Gerardo Carrillo Burga, Brander Gonzáles López, , Marles Eneque Solano, Paul Muro Losada, Fiorelita Sánchez Lapoint, Mabel Díaz, Alejandro Suyón, José Antonio Ibáñez, David Huanilo, Carlos Muro Yovera, Arturo Bravo Flores, Anders Bocanegra, Antonio Castro Bernal, Luis Alberto Hurtado Ramírez y Manuel Burga Altamirano, todos ellos sin sello de terriginidad lambayecana, más cosmopolitas, anecdóticos, neorromáticos y neoexistencialistas a diferencia de Marcoantonio Paredes y Arturo Bravo que han incursionado en una narrativa más de identidad mitológica y leyendezca lambayecana. Sin embargo esta nueva falange de narradores es más conciente, más moderno en sus técnicas y estructuras y en la diversidad de sus historias, es más consciente de lo que hace, escribe para ser leído y criticado por más de uno, aún no tiene las ínfulas que se ha incrustado como una verruga roñosa en la gente de los 90.

No serán nuevos los temas universales que se use para pergeñar un cuento, amor-odio, alegría-desazón, melancolía-olvido, ciudad-campo, paraíso-infierno, bueno-malo, constantes, pero serán diferentes las situaciones, las emociones que susciten en cada lector y quizá podamos aprender que con la literatura uno puede tener un gran viaje imaginario hacia las profundidades de la evasión, el encanto para meterse en el gran escenario de la ficción.


Lambayeque, junio 10 de 2006

Nicolás Hidrogo Navarro

Coordinador General Conglomerado Cultural –Lambayeque-Perú


La vocación literaria y la prohibición SOCIAL Y FAMILIAR

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La vocación literaria y la prohibición SOCIAL Y FAMILIAR

Por: Nicolás Hidrogo Navarro


La imagen fatalista, marginal, desgarbada y estigmatizadora, licenciosa, desordenada, perromundano que se tiene del poeta como un pobrediablo o “un loquito que se computa en otra frecuencia”, ha signado y maculado la imagen del poeta o narrador. La tradición misma ha proyectado que el ser poeta o narrador es sinónimo de desarraigo, desocupado, infeliz, descarriado, muertodehambre y alguien que encuentra en la bohemia y en la escritura sus refugios y evasiones propias de su soledad, incomprensión y conflictuación permanente consigno mismo y con la sociedad de su tiempo. Pero este abonamiento a la imagen no ha sido gratuita y hasta ha sido exacerbada y emulada como un sino enclichado y que debe ser consustancial a lo que es y debe ser un poeta, por los hacedores mismos de poesía y narrativa.
Más que éxito económico, ha sido el halo de misticismo, fama, leyenda y misticismo lo que ha incentivado las vocaciones literarias entre los jóvenes, sumado a conflictos existenciales, retraimientos socio-emocionales, falencias empáticas, incomprensiones emotivos-familiares y la necesidad de buscar las compensaciones comunicacionales y asertivas que no logró en el feed-back directo con sus interlocutores. El éxito de un escritor ha sido siempre su trascendencia en espacio y tiempo, su admiración por el portento creador, transgresor y transformador. La fama mítica ha sido el gran imán que ha cautivado al metalector que cree encontrar en este oficio una manera de ser admirado, recordado y mostrarse por siempre alguien que debe tomarse en cuenta.
Pese a que esta estirpe rara, dinosáurica y en vías de extinción, pareciera que nadie le da la bienvenida ni los lee, ni los comprende ni escucha, aún se resiste a desaparecer. Y es que la vocación literaria se inicia con la lectura y el hechizo del libro, la profundización y diversificación comprensiva que uno encuentra en ellos. Un lector se anima a ser poeta o narrador en le medida en que se somete a un reto emulatorio y encuentra que la literatura no sólo es arte cuando se lee sino cuando se inicia desde la hoja en blanco y se llega a construir mundos ficticios tachonados de experiencias e historias verosímiles.
El gran problema para un joven que depende de la obligación del padre mientras menor de edad y del favor mientras se es ya mayor de edad, es revelar abiertamente su vocación. “Papá-mamá ya terminé secundaria, ahora quiero elegir ser… poeta…”, sería una expresión y declaración inverosímil. Uno es poeta, ante la familia, muchas veces, clandestino y se lo toma en cuenta cuando otros empiezan a admirar y valorar lo producido.
La reacción de la familia, esperanzada de que el hijo estudie Medicina, Derecho o Ingeniería, cuando se conoce que el hijo quiere meterse de lleno a producir y marketear su imagen poética-narrativa, es cortante, desvinculante, coactiva y bochornosamente peyorativa: “no vas a vivir de la poesía y cojudez y media… los poetas o son borrachitos, vagos, haraganes u orates que se refugian en cursilerías…”. El efecto inmediato de la familia es coactivo, chantajista: “o dejas de estar pensando en tonterías y te metes seriamente a estudiar una profesión o te vas de la casa y se acabó toda ayuda…, bueno y en el mejor de loa casos, ten a la literatura como un hobby y nada más”. Sentencias resolutivas y vitales y posiciones radicales de la familia muchas veces castran y matan vocaciones. Esto demuestra que nuestra sociedad no sólo a desembocado en utilitarismo pragmático, sino que la familia, la escuela y la sociedad en general se mofa y se ríe socarronamente de un oficio y aptitud creativa, sino que le dan la espalda a una grey marginada, marginal y rotulada como una cofradía de loquitos que sueñan con los ojos abiertos.
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Lambayeque, marzo 21 de 2006

Nicolás Hidrogo Navarro

Coordinador General Conglomerado Cultural –Lambayeque-Perú

Los temas inspiradores en la narrativa lambayecana

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Los temas inspiradores en la narrativa lambayecana

Por: Nicolás Hidrogo Navarro
(hacedor1968@hotmail.com)


Lambayeque cuenta con una docena de narradores persistentes y reconocidos como tales, casi recién descubiertos y dados a la luz pública en los 2000. Siempre se mantuvieron anónimamente ocultos, porque la predominancia de la tradición lírica los opacó o no hubo un espacio para escuchar por el lapso de entre quince y 20 minutos una historia. Cuentos, mitos, leyendas, tradiciones los hubo y se editaron con flaco favor de venta y difusión. Es indudable que los lambayecanos vivimos entre huacas prehispánicas y una rica tradición mítica de dioses, guerreros muchiks y una ingente y vívida tradición oral popular de historias de aparecidos, duendes, príncipes y guerreros decepcionados, lloronas, carretas y bueyes encantados de áurico fulgor que trafalgan a medianoche entre el imaginario popular. Sin embargo, esta tradición de leyendas (Naymlap, Origen del Algarrobo, Ninamasha y Pachacamac, La Rebelión de las cosas, Leyenda de Aka Fala) y mitos (El dios Kon,) se ha volatizado por completo en la zona urbana y entre la gente joven y se ha mantenido intacta en la zona rural o entre los antiguos que aún mastican en la noche sus historias a la luz de un rescoldor de algarrobos achicharrantes.

Generacionalmente la temática narrativa ha ido evolucionando desde los temas terrígenos con sabor a identidad lambayecana de los 70 y 80 a los deslambayecanizados de los 90 y 2000.
En los 70 prevalecen las figuras de Alfredo José Delgado Bravo, Estuardo Deza Saldaña y Carlos Bancayán Llontop, quienes de manera esporádica publican y daba a la luz cuentos que eran solo leídos por una minoria literaria y cuyas temáticas tenían un sabor a temas con un trasfondo a protesta social y algunos rasgos de historias de amor con personajes de épico pasado prehispánico.
En los 80, surgen figuras como Mario Camino Negrón, , Rully Falla Failoc, Elio Otiniano Maurice, Mariano Llano, Segundo Delgado, Andrés Díaz Núñez, con una carácter más localista en el caso de Camino, Falla y Díaz, funden la tradición misma de las historias y le dan su acento propio. Es de destacar que Rully, más recopilador e investigador, costumbrista y etnolingüístico, recoge de fuentes directas en su “Dioses, hombres y duendes”, mitos y leyendas de los pueblos de la zona rural de al provincia de Lambayeque y le da su propia visión de narrador, tomando como bases los relatos orales y su propio conocimiento.
En los 90 van a surgir más narradores conocidos, aunque con escasa divulgación y más incentivados por los juegos florales que por convicción y allí destacarán personalidades como Rubén Mesías Cornejo, Luis Ernesto Facundo Neyra, Nicolás Hidrogo Navarro, Juan Montenegro Ordoñez, Dandy Berrú Cubas, Joaquín Huamán Rinza y delincuencialmente plagiador Carlos Alberto Cachay Flores (hoy borrado de toda la tradición narrativa en Lambayeque). Facundo e Hidrogo tenían una prosa anecdótica escolar; Montenegro y Berrú, argumentos sociales; Huamán, ruralista y terrígena; Mesías, ficcionador y evasor de la realidad.
En los 2000 se abre una abanico de posibilidades y se destapa un conglomerado de narradores entre los cuales destacan Marcoantonio Paredes, María Elena Flores Alvitez, Antonio Castro Cruz, Teresa Menor Alarcón, Abraham Ibáñez Meléndez, Rocío Ríos Arroyo, Roxana Ayasta Seclén, Gerardo Carrillo Burga, Brander Gonzáles López, , Marles Eneque Solano, Paul Muro Losada, Fiorelita Sánchez Lapoint, Mabel Díaz, Alejandro Suyón, José Antonio Ibáñez, David Huanilo, Carlos Muro Yovera, Arturo Bravo Flores, Anders Bocanegra, Antonio Castro Bernal, Luis Alberto Hurtado Ramírez y Manuel Burga Altamirano, todos ellos sin sello de terriginidad lambayecana, más cosmopolitas, anecdóticos, neorromáticos y neoexistencialistas a diferencia de Marcoantonio Paredes y Arturo Bravo que han incursionado en una narrativa más de identidad mitológica y leyendezca lambayecana. Sin embargo esta nueva falange de narradores es más conciente, más moderno en sus técnicas y estructuras y en la diversidad de sus historias, es más consciente de lo que hace, escribe para ser leído y criticado por más de uno, aún no tiene las ínfulas que se ha incrustado como una verruga roñosa en la gente de los 90.
No serán nuevos los temas universales que se use para pergeñar un cuento, amor-odio, alegría-desazón, melancolía-olvido, ciudad-campo, paraíso-infierno, bueno-malo, constantes, pero serán diferentes las situaciones, las emociones que susciten en cada lector y quizá podamos aprender que con la literatura uno puede tener un gran viaje imaginario hacia las profundidades de la evasión, el encanto para meterse en el gran escenario de la ficción.


Lambayeque, junio 10 de 2006
Nicolás Hidrogo Navarro
Coordinador General Conglomerado Cultural –Lambayeque-Perú


A) Joaquín Huamán Rinza (Gen. 90)

Los microcuentos de Joaquín Huamán tienen atravesado una gran viga argumental: la muerte, la soledad, la marginación y la lugubridad de sus personajes. El perfil caracterológico, etopéyico y prosopográfico prevalece por encima de los escenarios epocales y contenedores de la propia historia. Personajes con asfixiamiento existencial viven su propio drama suicida y marginal y reclaman del lector comprensión para morir bajo las cortinas lévanos de la muerte. Importa el drama, el momento, la figuración y presentación descarnada de las debilidades humanas. Leyendo los microcuentos tenemos la sensación que Huamán los hace adrede, tristes, meditabundos, suicidas para persuadir una plegaria, una revaloración hacia aquellos anónimos marginales de la historia, aquellos que perdieron todo y escaparon al derecho de ser consignados en los libros o en la memoria trucada de la historia. Son historias recreadas con una dosis de imaginación y con otra del baúl de recuerdos personales de Juan Congona (seudónimo de Huamán) , gran apostador e inclaudicable renuente a sucumbir por la literatura lambayecana.

La literatura pascasmayina a tiro de misil

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La literatura pascasmayina a tiro de misil

Por: Nicolás Hidrogo Navarro
(Licenciado en Lengua y Literatura UNPRG, Coordinador General del Conglomerado Cultural-Perú.)


La literatura de provincias conserva aún el sabor de terriginidad, compromiso y una argumentación temática más concreta. Hay un predominio del fondo sobre el trabajo de las formas y estructuras narratológicas y el manejo de las técnicas de imbricación lúdica y complicidad-reto creador-lector.

En En la puerta del infierno hay una nítida denuncia social, una preocupación moral e ideológica, histórica y se palpitante actualidad: los estragos de la guerra en el medio oriente a raíz de la desigual, abusiva y arbitraria guerra norteamericana-iraquí.

Con un lenguaje directo, llano se construye y simboliza en un drama familiar de Samaria, todo el horrendo vivido por una población que nunca deseó tener el más mortal de los tesoros: el petróleo, verdadero motivo de esta insanía escondida bajo lemas de “en defensa de la libertad y la democracia”. Es obvio que la intención del cuento es suscitar en el lector una mirada más humana y literaria que la que esconden, maquillan o distorsionan los medios de comunicación atemorizados, silenciados y digitada por el sistema global del capital.

En el cuento sobresale la descripción, la atmósfera de terror, contaminación, muerte por doquier y una añoranza histórica del que todos tenemos de Las Mil una noches y Simbad el marino, cuentos que nos hablan de las magnificencias de una de las civilizaciones matrices más esplendorosas, fastuosas y ricas en mitos cosmogónicos e históricos, leyendas y tradiciones, pero que hoy gracias al fantasma norteamericano de la guerra, se ha convertido en un país intervenido, agredido, masacrado (cómo se siente que alguien venga desde muy lejos para hacerle siempre, entrando a la casa de cualquiera, casa buscando cualquier pretexto y hacerle la guerra en casa ajena y nunca ser atacado en su propio territorio).

En la puerta del infierno, es un cuento-crónica que busca sensibilizar, hacer reflexionar y tomar partido por la paz o la guerra y a través de una historia cambiar el periodismo falaz, disfrazado y timorato, por la literatura humanizante. Sin apelar a la precisión y rigor denotativo de la historia, adopta a la exquisitez y perdurable forma literaria. No sólo es un cuento pedagógico para niños, jóvenes, y el poblador común y corriente, sino que apunta a llegar a quienes tienen el poder de dar una orden de disparo de un misil o a los que tienen el derecho al veto de no agresión a la indefensa población civil. Es un cuento que lejos de enternecernos, nos deja serias responsabilidades de conciencia social, orden moral y una gran pregunta flotando ¿y qué podemos hacer desde nuestra condición y situación para impedir que más guerras terminen por autodestruirnos?

&

Las historias de pescadores desparecidos entre las turbulencias y la guadaña azul del mar, durante las faenas de pesca, son noticias de todos los días, desde Tumbes a Tacna. Cada puerto tiene sus historias, sus personajes epónimos que dan vida a un imaginario colectivo tan rico desde épocas inmemoriales. El mar es una fuente inagotable productora de historias: versos, leyendas, películas y dramas sin fin compiten con lo inconmensurable de ese mundo húmedo y azul.

El llanto del ahogado, es una patética tragedia real convertida en leyenda, enriquecida y acicalada con la magia de la literatura por Willy Salcedo. En él se funde la tradición de lo inexplicable de las apariciones de las almas en pena y la realidad cotidiana de naufragios que se cobra el mar como tributo a la entrega de sus riquezas ictiológicas.

Conmovedoramente el Masca Navaja, es el héroe que, en la adversidad, muestra su grandeza humana: dar y exponer su propia vida para salvar a los demás, un valor excelso venido a menos y casi reducido a la rareza., hoy.

El llanto del ahogado, tiene la virtud de mantener mucho dinamismo descriptivo, una acción permanente que se asemeja al propio frenesí de las olas del mar y los angustiantes momentos finales de los protagonistas. Pero también pretende fusionar la leyenda con la realidad al asocial el cementerio (lugar donde yace el héroe de la historia) y “El techito” y “El faro” como lugares turísticos existentes como símbolos de la grandeza de sus pescadores locales. La historia sigue allí palpitando broncamente, la alerta y el llanto pueblan la nocturnidad de la arena, la brisa trémula y el oleaje que lleva y traen los gritos secos de personajes que literaturizados, pueden alguna vez sorprenderlo y he aquí la explicación de ese llamado extraño que los desavisados pueden sentir.

Lambayeque, junio 12 de 2006

¿Y DÓNDE ESTÁN LOS PROFESORES DE LENGUA Y LITERATURA?

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¿Y DÓNDE ESTÁN LOS PROFESORES DE LENGUA Y LITERATURA?
Por: Nicolás Hidrogo Navarro

(hacedor1968@hotmail.com)

Quizá en el Perú la opción para ser profesor de Lengua y Literatura tenga que ver más con la oferta laboral (aunque sea consigues trabajo de “profe”, los de “mate” y “lengua”, siempre tendrán trabajo), el desconsuelo y frustración de no haber ingresado a otras carreras profesionales predilectas como Medicina y Derecho, que con el perfil vocacional.

No es casual que el perfil de formación profesional se las diversas universidades e institutos superiores pedagógicos se orienten a forjar profesores de pizarra, tiza y dictado a que promotores e incentivadores de la lectura, producción y valoración de textos. No se puede exigir lo que uno no se exige ni da como ejemplo.

Del seguimiento que vengo haciendo desde hace más de quince años de las promociones egresadas de la especialidad de Lengua y Literatura de Institutos Superiores Pedagógicos y Universidades Pública y privadas en la Región Lambayeque, que suman unos 400 por año, si cumplen la función de promotores culturales y motivadores colectivos de la lectura y la producción de textos extracurricularmente, diez, son muchos. Son profesores que dentro de sus inteligencias múltiples no tienen el soporte del amor, la devoción la aptitud y la predisposición por la lectura ni la creación. Son profesores de a sueldo por horas, no maestros que pretendan hacer magisterio literario, dentro y fuera de su institución educativa. Son profesores que están atornillados y cumplidores de una programación curricular infuncional, que cuadricula, parametra y aprisiona la más libre de todas las artes: la creatividad literaria.

Con docentes que no saben el cómo, por qué, para qué enseñar Lengua y Literatura, ni cómo desamarrar y aplicar la gramática formulistoide, ni qué hacer con la preceptiva literaria ni cómo adaptar las estrategias metodológicas para incentivar la lectura ni la producción y compresión de textos, estamos en un grave problema de fondo y de forma: incapaces de enseñar con el ejemplo creativo, nos sumergimos en las mismas profundidades nebulosas de agonía de lectores y hacedores del arte más libérrimo y sublime que perenniza al hombre, la literatura.

Los profesores de Lengua y Literatura están allí dormitando en un rincón con su libro de gramática al lado, con su registro tachonado de rojos, pruebas tipo IBM sin corregir ni devolver, ejemplos clichés de análisis morfosintácticco casi borroneados desde hace más de una centuria y despremunidos de herramientas espirituales: la fuerza motivacional del creador-maestro-ejemplo.

Paciente-alumno y médico-profesor están en cuidados intensivos tumbados sobre la camilla-libros, la enfermedad que los aqueja es la apatía por la lectura, los síntomas son bajos niveles de comprensión lectora, últimos en Latinoamérica en razonamiento verbal y extinción de creadores.

Habrá que empezar por cernir y reevaluar el rol y perfil profesional del profesor de Lengua y Literatura y ver qué, cómo y cuánto lee, ver qué, cómo y cuánto enseña y articula el lenguaje para la literatura. Nadie aprenderá o se habituará a leer por Decreto, Oficio o Memorando. Aprenderemos mecánicamente y festejaremos sacarnos un 20 de nota memorizando todos los verbos pluscuamperfectos y los vericuetos del análisis oracional y hasta retacear una ficha de lectura, pero quizá jamás aprenderemos a habituarnos a la lectura y bucear las cavernas misteriosas de la creación por el puro placer del disfrutar. Eso y aquello, es un virus que tendremos que empezar a fabricar y re-construir desde el hogar, la escuela y la sociedad en general.

Lambayeque, junio 03 de 2006

Nicolás Hidrogo Navarro

Coordinador General Conglomerado Cultural –Lambayeque-Perú


Los temores de los poetas por: María Ángeles Maeso

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Los temores de los poetas

Por: María Ángeles Maeso
(Facultad de Humanidades de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla.)


La prevalencia de criterios comerciales sobre el hecho literario naturaliza las obras de arte como mercancías mentales. Un eficaz modo de dominio del Mercado que, frente a otros, menos sutiles, no necesita actuar por encima de la sociedad para ejercer su poder.
De este modo la dimensión social de literatura, que es/era sólo una componente más de la obra de arte, adquiere una importancia inusitada.

Es lugar común aseverar que la poesía, por el hecho de circular fuera de mercado y ante su escasez de receptores, está a salvo de servidumbre alguna, ya que su escasa inserción social la mantiene impoluta, defendida de perversos tráficos y en una especie de reserva espiritual, por donde fluyen los emocionantes y hermosos ríos de aguas limpias Esta reflexión tiene como propósito evidenciar que los temores que anidan en la conciencia de los poetas son los signos de una peligrosa colonización mental.



LITERATURA Y SOCIEDAD

Si comenzamos diciendo que toda literatura nace en soledad y debe ser recibida en silencio, porque va directa a esa soledad del lector o no va, parece que rompemos esa pareja. Pero hemos de empezar por ahí, porque no es verdad que lo primero fuera el verbo, sino ese silencio del que escritor y lector saben por igual.

No rompemos con esto la pareja de la que vamos a hablar tanto esta mañana, porque la literatura, como toda obra de arte, tiene también una dimensión social y literatura y sociedad mantienen una relación de influjo mutuo: el escritor reacciona ante el sistema de creencias, inquietudes, valores, etc. de la sociedad de su tiempo aceptándolos o rechazándolos. Y a la inversa, el escritor le plantea a la sociedad problemas y soluciones, unos comportamientos e ideales, que ésta no había concebido.

Esto explica que cuando estudiamos a un literato, como señala Sartre en su biografía de Flaubert se nos dé la reconstrucción de un mundo entero, porque Flaubert, o el que sea, no se termina en sus obras y en sus correspondientes variantes, sino que se ramifica en una infinita interpretación de su tiempo y de su personalidad.

En determinados momentos de la historia la fuerza de esta unión es más poderosa que en otros. Las impactantes descripciones del sufrimiento de los obreros y de sus hijos, esclavos en minas y campos, hicieron visible, ante la sociedad burguesa del XIX, a una población hundida en la miseria. Los relatos de un Dickens cayeron en las mesas camillas y fueron determinantes para aumentar en los lectores su sensibilidad ante el dolor ajeno. Algunos filósofos sostienen que esos relatos fueron determinantes para que los principios del universalismo moral, de los que partía la filosofía racionalista ilustrada, se llevaran a la práctica. De este modo, el lenguaje del dolor de tales novelas que llegaban por entregas a las casas burguesas fue fundamental para que se produjera el sufragio el universal, la extensión de los derechos civiles a toda la población, la legalización de los sindicatos o de los partidos de izquierda, la emancipación de la mujer, la universalización de la seguridad social o la protección de la infancia.

Tener presente tan poderoso influjo de la literatura puede hacernos creer que eso sucedía en una sociedad que devoraba libros al por mayor y que hoy no podríamos esperar nada de eso... Pero no es así, para leer hacen falta algunas cosas y, como sabemos Durante algunos siglos, sólo los ricos podían permitirse el lujo de leer libros, puesto que el público de lectores se hallaba restringido por salarios que no permitían más que una premiosa subsistencia, por la ausencia de ocio de las clases sociales más numerosas, por la falta de luz al anochecer, la imposibilidad de aislarse en viviendas superpobladas, la falta de bibliotecas de préstamo. En el XIX leían los nobles y los burgueses, pero sobre todo las mujeres, a los hombres les seducían más los negocios, el libertinaje y la caza o el alcohol. Conviene tener en cuenta que es con este público lector del XIX, mayoritariamente femenino, con quien los autores como Zola, Tolstoi o Galdós establecen esa relación dialógica de la que hablaba Bajtin y que tuvo tanto influencia en la transformación de la sociedad. No eran muchos lectores, mejor muchas, pero los suficientes para que las generaciones de mineros de Germinal, por ejemplo, salieran de su vida subterránea para ser vistos como seres humanos más que como simples herramientas del fondo de la tierra. Con toda seguridad, ninguna de esas obras contó con un millón de lectores como los tuvo en su día, por ejemplo Las edades de Lulú. En uno y otro caso hubo un efecto, el de las primeras lo hemos explicado, el de esta novela de Almudena Grandes, al parecer lo tuvo en los cuarteles donde se leyó tantísimo y con una sola mano.

El asunto entonces es preguntarnos qué esperamos de la literatura. Ese gran papel que ejerció en la sociedad del XIX, ¿podemos esperarlo hoy?

¿Hacer ver lo que está intencionadamente escondido no es un papel caduco? ¿No acabó con Sartre y el arte comprometido? Bien, la concesión del último Premio Nobel de Literatura a la austriaca Elfried Jelinek evidencia hasta qué punto el escritor puede hoy perturbar la conciencia dormida de una sociedad nombrando sus heridas.

¿Y todo esto sirve también para la poesía? ¿También la poesía, eso que apenas ocupa estantes en las librerías, forma pareja con la sociedad? Pues veamos que también.

Hace pocos días he asistido a una lectura de poesía saharaui. Era poesía de exiliados que nombraba el sentir del individuo alejado de su tierra y era, en consecuencia poesía de un pueblo en el exilio. Los ministros de la República Saharaui que, desde los campamentos en el desierto luchan por su independencia, sin amparo de Instituto Cervantes alguno, con nuestra misma lengua, mandaban mensajes de gratitud a los poetas. Estaban dándole visibilidad a un pueblo abandonado en el pedregal del desierto, les decían. Los poetas estaban ahí dando la cara a esas palabras que hablaban de todas las caras del amor, incluido el religioso, y de todas las caras de la muerte, incluida la soledad. Y en ese acto de pública lectura, incluso el poema dedicado a un grano de arena, adquiría esa doble dimensión íntima y social que la obra de arte conlleva.

Aunque no cotice en bolsa, es evidente que para algo debe servir la poesía, me decía yo. Estos políticos saharauis cuentan con ella. Los dictadores cuando llegan al poder suelen atacar a los poetas.

¿Y si en lugar de tratarse de poesía saharaui, hubiéramos asistido a un recital de Valente, de Celan, de Rilke o del Cántico Espiritual de Juan de Yepes? ¿Encontraríamos también, esa doble dimensión con la que nos apela la obra de arte?

Pues también, porque nombradas o no, en un gran poema están las expectativas de una época, sus deseos y su miedos. Las coplas de Jorge Manrique, que todos conocemos, no son sólo una extraordinaria muestra de dolor filial ante la muerte del padre, que lo es, sino también la expresión de la incertidumbre de una sociedad que empieza a cuestionarse por el sentido de sus certezas. Del mismo modo tampoco la poesía de Celan, por ejemplo, en su desoladora abstracción del dolor carece de su marca socio temporal. ¿Cómo explicar la profunda amargura con que Celan muestra la ruina de las certezas morales de toda una época?, ¿cómo abordar su escritura de sintaxis rota, hecha con la raíz misma de la lengua, sin un holocausto histórico?

Podemos decir que incluso en poéticas que buscan eludir la presencia del mundo éste se resiste a no dejar su huella y de un modo u otro asoma el contexto social en que han sido creadas. La historia, como Adorno evidenció, se cuela por las rendijas de la obra.

De modo que esa función de presentar lo velado sigue siendo posible. El número de ejemplares que se editan de cada libro de poesía no alcanzará nunca esas cifras millonarias, reservadas a los bestseller de narrativa, ya que no suelen pasar de los 1000, de los que casi nunca se venden ni la mitad, a lo largo de varios años y dentro de un círculo de amigos del poeta. Pero no importa. Siempre serán muchos más que los romanos que leyeron a Ovidio, los italianos que leyeron a Petrarca o los franceses que leyeron a Ronsard, todos ellos cabeza y corazón de la sociedad de su tiempo, núcleo pensante y actuante.

Ezra Pound dijo que a él le bastaba con que un escrito suyo, publicado en alguna oscura revista, llegase a los ojos de veintisiete lectores y les hiciese hervir los sesos. Esos veintisiete serían después capaces de difundir sus escritos., pues al igual que un chiste o un rumor, la poesía posee la envidiable capacidad de circular fuera de mercado.

De modo que incidencia hay. Pues esos 500 o 1000 lectores son muchos lectores de un libro de poesía. ¿Y quiénes son esos lectores? Desde el romanticismo, el lector de poesía ha sido, como el poeta mismo, los solitarios y los disconformes. En una sociedad anestesiada, 500 y hasta mil solitarios o disconformes son muchos, aunque fuera de mercado.

Enzensberger, con su habitual ironía humorística ha calculado el número de personas que toman en sus manos un nuevo volumen de poesía de cierto nivel y lo sube hasta 1354 Esta cifra -afirma- (denominada Constante de Enzensberger) no sólo es independiente de las modas, publicidad y espíritu de la época, sino y aquí la cosa deviene misteriosa, también es universal y aplicable a cualquier comunidad lingüística, tanto si ésta puebla un continente entero o si tan sólo un punto diminuto en el planeta. Un poeta puede contar con igual número de lectores en Islandia (250.000 habitante) como en los Estados Unidos (250 millones). (...) Por lo tanto, los lectores de poesía son en todas partes, ayer y hoy, una minoría reducida y radical, pero estable (...)creo que un arte tan inventivo, impagable y tenaz como la mala hierba no solo es capaz de sobrevivir a la ingratitud del mundo, sino también al ciego empeño de sus seguidores.

Tal vez eran menos los lectores de los poemas Alberti, Lorca, Espriu, Celaya, León Felipe, Celso Emilio Ferreiro o Blas de Otero y sin embargo su obra, propagada lentamente hasta llegar a ser públicamente recitada y cantada contribuyó a dignificar el sentimiento de la derrota en país como el nuestro, que tiene que seguir viviendo tras una guerra donde ha vencido la fuerza contra la legalidad. También aquellos poemas eran portadores de un íntimo sentir y sin embargo, permitían también esa dimensión pública. Las palabras son fuentes de visión. No crean la realidad como suponen algunos fanáticos, pero ayudan a verla. Y esos poemas ayudaron a ver la cuánta belleza hay en la derrota

No nos lamentemos por el paupérrimo discurrir de la poesía. Es otro su ritmo y acordemos pues, con Machado, que la poesía es palabra en el tiempo. Acordemos que el poeta, como cualquier ciudadano, es hijo de su época; que sus obras están fechadas y marcada por la sociedad y que, a su vez, la época resulta afectada por la obra. Y preguntémonos ahora por nuestro tiempo.



¿Y CUÁL ES NUESTRO TIEMPO?

Siendo indiscutibles las relaciones entre literatura y sociedad, resulta un tanto sorprendente que nos mostremos tan reticentes a nombrarlas para el momento presente. Reconocemos con bastante facilidad que la sociedad teocéntrica medieval produjo un arte al servicio del feudalismo o que la sociedad del Antiguo Régimen, temerosa ante el ascenso de la burguesía, nos entregó la novela fantástica y la poesía romántica. Y, sin embargo, nos resulta incómodo asumir que los siglos de capitalismo que llevamos en los genes hayan provocado algún efecto en las conciencias de los poetas. ¿Por qué? Llevamos siglos bajo un régimen que ahora se globaliza, que basa sus principios en el darwinismo más salvaje del que podamos ver en la naturaleza y nos creemos a salvo de que esa ley del más fuerte no se haya inoculado en nuestras conciencias y de que el miedo repartido como el pan de cada misa antigua no nos perturbe la vista. Por eso conviene que nos detengamos en los aspectos de la época actual que afectan a la escritura.

Sucede que desde los inicios del siglo XX hasta hoy, el capitalismo ha ido desarrollado tal capacidad de recursos para fijar el dominio sobre las mentes de los individuos, que ha conseguido secuestrar, manipular, jugar con nuestra percepción de la realidad y con la noción de nosotros mismos como sólo la iglesia medieval había logrado.

Si las palabras, como acordamos anteriormente, son medios de visión, a alguien le está interesando no dejarnos ver lo real por nosotros mismos. Como en épocas feudales, los medios de expresión son un elemento fundamental de asegurar los medios de producción.

Si a los hombres y mujeres del medioevo se les hacía imaginar y, a fuerza de nombrar, ver, otra vida (de cielo prometido o un temido infierno) tras su muerte, con el objeto de que no reparara en esta, igual sucede hoy. Al imperio le interesa el miedo y la privación del sentido del mismo modo que a los reyes feudales les interesaba el infierno. Entre una sociedad y otra son abismales las diferencias, pero ambas son maestras en la utilización de la psique, en la manipulación de la conciencia para secuestrar la realidad.

Esto que arde no es una ciudad, sino el régimen de Sadam, nos decía Rumsfeld por la tele, una de las voces de la sede del imperio, mientras veíamos arder Bagdad. Y, como en el cuento El Rey desnudo oímos que esa misma voz en versión mercader nos dice: Tú eres tu dueño, tú eres creativo...

Y esto es lo novedoso, la vuelta de tuerca de más con que se nos vela la realidad para que el fantasma de omnipotencia quede inoculado y habite en nuestra conciencia.

Si establecíamos similitudes con la Edad Media en el afán por velar la realidad, los modos de lograrlo en uno y otro momento no pueden ser más dispares. Pues, ¿desde qué trono o púlpito nos dijeron alguna vez Tú eres autónomo, libre, creativo?, ¿desde que potestades nos dijeron tu potencial es infinito, crea tu propia realidad?

Lo oímos tantas veces que realmente nos creemos autosuficientes; tanto que nos sentimos capaces de prescindir del otro; tanto que podemos alzar de nuevo la noción de arte autónomo; tanto que vemos donde no hay; tanto que podríamos enmudecer; tanto que nos basta que algo exista en cualquier lugar del ciberespacio para etiquetarlo de real.

Si en la oscuridad medieval el individuo no era nada y nada aquí su vida, en la era del imperio global al individuo se le inviste de poderes que tampoco existen. Vivimos sin certezas, en la era del despido libre y oímos que somos únicos, excepcionales, poderosos. Estamos despedidos, en precario y oímos hablar tanto del estrés que produce el exceso de trabajo que hasta nos cansamos. No llegamos a mitad de mes y oímos expresiones que nos definen como los que vivimos en este lado bueno del mundo. Ganamos infrasueldos y, sin embargo, los resultados estadísticos de sumar la nómina de Botín más la nuestra nos definen como millonarios. He visto telediarios en los que se ha dado como noticia la boda o el divorcio -no recuerdo ahora bien- de Barby con Kent...

¿Que vemos en realidad? Por supuesto que vemos lo real, por supuesto que vemos nuestro dolor y nuestro gozo cuando se trata de nuestro dolor y nuestro gozo, pero ¿vemos que eso que nos sucede está también sucediendo en los demás? Las únicas certezas, las dos pulsiones con las que opera la literatura son el gozo y el dolor. La esfera de Eros y la de Tanatos. Por supuesto que nadie ahí puede engañarnos. Es innegable que el orden en el que se sustenta nuestra sociedad genera dolor a muchísimos, un 80% al menos sosteniendo al 20% que está en el pico de la pirámide es dolor en mucha gente. Somos muchísimos en esa bolsa. ¿pero nos vemos?

Nuestras nociones de la realidad son resultado de un sistema simbólico construido. Yo, desempleado, prescindible, intercambiable, ¿veo a los desempleados que nadie nombra? El lenguaje es la piedra angular de esa cultura representacional que nos invade. Como en todos los sistemas totalitarios el miedo y la manipulación del lenguaje están al servicio de la privación del sentido y de la colonización mental de la realidad. Es un lugar común definir nuestra sociedad como mediática, inmersa en símbolos que reproducen la realidad. Pero como ante todo lo que es un lugar común, conviene que nos detengámonos un momento a revisarlo.

Bien hablemos para ello un momento del símbolo como figura literaria. En sí no es malo: nos ayuda a conocer, a percibir determinadas realidades. La función del símbolo es revelar estructuras de lo real que son inaccesibles para la observación empírica. Eso hace la cruz al simbolizar el cristianismo o Pinocho, el muñeco de madera nos ayuda a percibir el paso a la edad adulta con el surgir de la conciencia.

La etimología de símbolo procede del griego: una tablilla partida en dos mitades. Cuando un señor invitaba a sus amigos a cenar a casa le enviaba con su criado la mitad de una tablilla y, cuando el invitado acudía, presentaba a la entrada su media tablilla, si coincidía con la otra mitad, tenía permiso para pasar. En el símbolo entonces, una mitad encaja en la otra mitad y hacen una tabla.

La percepción de la realidad a través de símbolos implica que veo una parte y que doy por sentado que hay otra que no veo, que sin embargo es real, tan real que me pone en marcha y acudo hacia ella y voy a esa fiesta. Pero lo impresionante es que hoy no nos preguntamos por la otra mitad. Lo terrible es colaborar con esta ilusión de ver al personaje fantasma y no al real. El yo autónomo, libre, de potencia infinita, ese yo que me han construido con el lenguaje cumple con creces la función de velar, de ocultar, de esconder mi fragilidad. La irrupción del todopoderoso yo A devora al yo B yo real. El símbolo que sirvió como elemento mediador para percibir la realidad resulta que acaba reemplazándola. A fuerza de repetición se ritualiza, embota la conciencia y es un gran aliado para enmascarar, mistificar, santificar obligaciones o hechos inadmisibles que acaban por verse como deseables. Miercea Eliade puso de manifiesto que todo simbolismo fue originalmente de origen religioso. Y nadie como la estructura eclesiástica supo ritualizar un símbolo porque nadie supo tan bien como ella que la naturaleza no se rinde sin ceremonias.

Esto no es una pipa advertía Magritte para hacernos reparar en la pintura. Y en efecto, uno no debe confundir la pipa real con las imágenes que podemos construir de lo real. La verdadera pipa está en otro lado.

En la aparente ingenuidad de Magritte había una atrevida burla del simbolismo que nos hace ver ilusiones de realidad. Frente al artificio de artista para darnos la verdad, el artificio del señor de la guerra es ocultarla. Rumsfield, del que no sé nada sobre sus gustos de pintura, afirma: Esto que arde no es una ciudad, es el régimen de Sadam. Ramsfeld también pretende advertirnos que la ciudad Bagdad, como la pipa real de Magritte, está en otra parte a salvo del fuego. Pero este señor de la guerra no es un artista y no hace buen uso del lenguaje. Veamos por qué:

El símbolo, como muy bien tienen analizado los semióticos, procede de las profundidades de la memoria de la cultura, aparece en la memoria del escritor y revive en el nuevo texto, como un grano que ha caído en nuestro suelo. La remota asociación, que establecemos entre la noción de equilibrio y la balanza, pervive en nuestra memoria y permite que todos podamos utilizar ese objeto como el símbolo de la justicia, pero ¿es posible asociar una ciudad a un régimen?, incluso siendo la sede del poder político será en cada momento político.

El símbolo se define por su simpleza y permanencia, dos elementos que facilitan su comprensión: una ciudad no puede ser el símbolo de un régimen como una rueda no puede ser símbolo de la justicia, por mucho tiempo que permanezca en equilibrio. No encajan lo figurado con la realidad, y si no encajan, si una parte de la tablilla no casa con la otra, no son símbolos válidos para ver, no nos sirven. Son contrasentidos para cegar. Están al servicio de que no surja la pregunta ¿dónde esta la ciudad que ellos llaman régimen? ¿Y dónde estoy yo? Ese yo que ellos llaman autónomo, libre, creativo, de un potencial ilimitado?

Dijimos que al poder le interesaba el miedo y lo genera manos llenas. Sabemos dónde estamos, sabemos cuál es nuestro dolor y nuestro gozo. Y sabemos cuánto miedo da nombrarlo. El miedo obnubila y paraliza, y hoy hay miedo a trabajar y miedo y a no tener trabajo, miedo a comer y a no tener comida. Y hay mucho miedo a nombrar lo que a ráfagas, vemos.

Miedo y un lenguaje de contrasentidos.

El gran éxito del capitalismo sobre las conciencias ha sido inocular en ellas ese fantasma el individuo autónomo. Sabe que ha despojado al ser humano de casi todos los derechos ciudadanos; sabe que las constituciones, las normativas de los Derechos Humanos son papel mojado; sabe como sabía el señor feudal que tiene a los individuos a la intemperie. Pero mucho más que entonces impera la privación del sentido, hasta el punto de que, como señala Enzensberger, decidir quién es señor y quién es esclavo no depende solamente del hecho de disponer de capital, de las fábricas, de los ejércitos, sino también -y cada día más- de disponer de la conciencia de los demás.

Vivimos en una democracia aparentemente que, en algún lugar se detiene y se retira. Como ha dicho Saramago, en algún lugar la democracia cede ante el verdadero amo que se mantiene a la sombra, el fascismo financiero.

Hace 250 años, cuando la irrupción de la industria, el romántico alemán Novalis se lamentaba porque ‘el sentido de la vida se había perdido’. Desde entonces, advierte Zerzan, la erosión del sentido se ha acelerado rápidamente, hasta convertir la función sustitutiva de la simbolización en una prótesis.

¿Cómo nos defendemos de esta vida postiza que denunciaba Rilke?, ¿cómo nos defendemos de tanta invasión de fantasía que traiciona o secuestra la realidad? Creo que sobre esto tiene mucho que decir la poesía. Tanto que considero muy buenos estos tiempos para la lírica.

Si retomamos ahora la pregunta de Hölderlin ¿para qué poetas en tiempos de penuria? tal vez no se nos ocurra decir, para nada, ya que no quita el hambre.



¿PARA QUÉ POETAS EN TIEMPOS DE PENURIA?

Cada poeta responderá a su modo esta pregunta. Yo parto de una definición del arte que en su día leí en Marcuse: El arte conserva la memoria de las cosas no alcanzadas con una promesa de felicidad. Y como no he encontrado otra mejor, la mantengo. Hoy sigo creyendo que entre esa memoria y esa promesa de felicidad se sitúa la labor del poeta. Tiendo por ello a creer que hoy, el valor de la poesía no es el de un instrumento del pensamiento, sino más bien el de ser un método para restaurar la percepción sensorial del mundo.

El arte conserva la memoria de las cosas no alcanzadas con una promesa de felicidad. La poesía, en consecuencia, también. Conservar la memoria de lo alcanzado es no tirar la toalla, es no claudicar, es seguir siendo consciente de que no logré lo que deseaba, pero no lo olvido, porque eso que no conseguí iba impregnado de felicidad. Porque eso que aún vive en mí como deseo hacia la alegría es lo que me defiende de ese imperio que tengo en contra para privarme el sentido. Porque no hay otro modo de impedir que la locura me invada. Porque la realidad a la que tengo derecho está secuestrada en algún lugar y a cambio me dan fantasmas, drogas, anestesia.

Cuando digo esto, me preguntan: ¿y nada más? Nada más. No es una pobre tarea aunque a muchos se lo parezca. Abrir la percepción sensorial: la que obtenemos en el cauce de la sensibilidad y de la memoria, la que nos puede construir insobornables con las coordenadas del dolor y el gozo sigue siendo la tarea pendiente del ser humano. A finales del siglo XVIII el poeta inglés Blake afirmaba: Si las puertas de la percepción se liberaran, todo aparecería ante el hombre tal cual es: infinito. Porque el hombre se ha cerrado a sí mismo, hasta ver todas las cosas a través de las grietas de su caverna. En estos momentos alguien ha perfeccionado los cerrojos de la caverna tan sutilmente que abrir rendijas es una importante tarea contra la locura, contra la privación del sentido de la actual visión platónica. En la actualidad, vivimos dentro de símbolos en una medida mayor de la que lo hacemos dentro de nuestros propios cuerpos o en relación con los otros. Nunca hubo una sociedad tan uniformada, viendo los mismos objetos, componiendo la misma imagen “objetiva” de lo real. Padeciendo el mismo imperativo de la objetividad

En una sociedad donde el miedo y el lenguaje son armas para oscurecer la realidad, ¿cuáles son los miedos de los poetas?



LOS TEMORES DE LOS POETAS

Le hemos adjudicado a la poesía esa función de abrir nuestros sentidos, de facilitarnos una percepción sensorial de la realidad. Pero el poeta está tan afectado por el peso de “lo cultural” como cualquiera y padece como cualquiera la sobrevaloración de lo que se impone como información objetiva de la realidad. En cuanto ciudadano participa de los mismos miedos que sus contemporáneos, en cuanto poeta, creo que sus temores se reducen a dos:

1.-Miedo a configurar una visión del mundo excesivamente subjetiva

2.-Miedo a configurar una visión del mundo excesivamente objetiva

Dado que la poesía se sitúa en los excesos, en el lenguaje que no puede ser normalizado, tanto miedo a los extremos no puede augura nada bueno.

1.-MIEDO A VER POR SUS PROPIOS OJOS:

Es intencionado el pleonasmo. Busco ejemplificar el miedo que tenemos todos, también el poeta, a perder “objetividad”. Pero mejor que de miedo hablaremos de pánico. Esta palabra define mejor el momento que antecede a la creación. Pánico deriva de Pan: el dios de la frontera: toca la flauta y se pasea por la franja que separa el territorio salvaje del cultivado. Pan es el dios que lo quiere todo para sí. Vive en los límites, en territorio fronterizo donde se oye la vida y se oye la muerte sin mediación alguna. Y esas dos verdades son las únicas que cuentan.

Abandonarse a esa zona de nadie, perder referencias culturales para dejarse llevar por los sentidos, salir de la caverna para ir a la búsqueda de la realidad sensorial da pánico, es el viaje imprescindible del poeta. Ahí no sirve vivir dentro de los símbolos más que dentro del propio cuerpo, ni relacionarse con ellos más que con los demás.

Por eso también da cierto miedo leer poesía: nos deja con los materiales con los que se hacen las máscaras, pero sin máscara, decía Carlos Piera y Albert Beguin dice que no se lee poesía porque se le tiene miedo. Porque la gran poesía desnuda las cosas. Es la búsqueda de lo abierto, no de una realidad cercada, estrecha, confortable que ya conocemos, sino un territorio que a veces el hombre ignora de sí mismo y en donde surgen, a veces, sus más ricos instantes.

No se es poeta sin este viaje de la mano del pánico, dios del todo. De lo contrario, seguimos viendo a través de razones de lo posible, recortando la mirada, aniquilando las exigencias que derivan de la imaginación con ideas preconcebidas, más que con el deseo.

Hay pánico y hay también una luminosa alegría en ese roce directo con la realidad. Tanta que comprobamos una inmensa fuerza para reclamarla. La que a Lorca le hizo decir hay que pedir la luna y creer que nos la van a dar. Ver con los sentidos y con la imaginación no es escaparse de lo real a por verdades de otro mundo. Ver con los sentidos es un norte, la imaginación también. Shelley, en su Defensa de la poesía, se apoya en la imaginación y aduce que un hombre, para ser verdaderamente bueno, debe imaginar de forma intensa y comprensiva; debe ponerse en el lugar de otro y de muchos otros; y debe sentir como propias las penas y alegrías de todo el género humano. El gran instrumento del bien moral es la imaginación, y la poesía (...) fortalece esa facultad que es el órgano de la naturaleza moral del hombre, del mismo modo que el ejercicio fortalece los miembros del cuerpo.

Si los esclavos hubieran vista la luna inalcanzable, si las mujeres, si los negros no hubieran tenido un sueño... Sin este viaje por la zona de nadie no hay poeta, pero tampoco ciudadanos, pues no es sólo esta capacidad para ver por los sentidos y la imaginación lo que valida la poesía. El poeta se medirá con la expresión, con el lenguaje y este miedo a ver va relacionado con el miedo a nombrar.

El poeta que no resistió en el pánico hasta trocarlo en luminosa alegría, el que no experimentó el placer de la libertad imaginada, será presa del miedo a perder objetividad. Es el poeta que desconfía de su experiencia sensorial y para su expresión verbal le pide ayuda a la filosofía o la sociología.

1.A.- El poeta que busca ayuda en la filosofía suele esperar de la poesía una alta dosis de conocimiento. Pero ya Antonio Machado nos advertía en un poética de 1931 que El intelecto no ha cantado jamás, no es su misión. Un poema claro que es una forma de conocimiento, pero conviene matizar. Cuando estamos ante una obra de arte no hay descripción, no hay pretensión de objetividad, no hay información. Hay expresión de los estados límite que experimenta el ser humano: el dolor y el gozo, el eros y el tanatos. Un poema implica al lector y le arrastra a la experimentación de esa sinceridad subjetiva del otro. Esa es la forma de conocimiento que obtenemos del arte tiene que ver con las sensaciones; es la negación de un conocimiento que nos llega interpretado.

El miedo a ver por los propios ojos lleva construir poemas de marcado peso intelectual, o aún exentos de emoción. Incluso un poeta tan frío como J.Brossa hablaba de la poesía como refugio emocional del pensamiento.

1.B.- El poeta que busca amparo en la sociología espera altas cotas de comunicación con los demás. Suele tratarse del poeta bienintencionado, pero que participa de cierta ingenuidad que le lleva a creer que la poesía tiene como misión -más que función- la de comunicar verdades ocultas que sólo él percibió y que debe trasladarlas a la sociedad llana en un llano lenguaje; reflejo, según él, de lo real, copia y no creación de una realidad nueva. Su alta misión aniquila la peculiar función cognoscitiva que tiene la poesía, de la que hablamos anteriormente, al trasladar información y propaganda en lugar de creación. La poesía tampoco es máxima política. En realidad más que comunicarse con el otro busca transformar el mundo con urgencia, es un heredero de la escuela de Frankfurt que ignora que el poder de la poesía para transformar la sociedad dependerá más de la objetiva visibilidad del poeta (si es un conocido personaje, como si es carpintero o torero cada vez que abra la boca tendrá una repercusión social) que de su obra. Esta producirá una incidencia en la conciencia individual, mayor menor, pero nunca válida para delegar en ella urgencia alguna.

Hay que decirse que la poesía no sirve para quitar el hambre del mundo como los médicos no sirven para hacer viviendas. Hay que decirse, con Blas de Otero que el poeta no puede creer que él sólo transformará el mundo y hay que saber también que su colaboración, como la de todos, es decisiva. En esa colaboración, mejor en el modo de esa colaboración, es donde el poeta se la juega para hacer obras maestra o mera propaganda.

2. MIEDO A NO VER POR UNO MISMO.

En el otro extremo hay otro miedo: el miedo a perder subjetividad. El mecanismo por el que un poeta se llega a creer libre, autónomo, puro, a salvo de perversión alguna para sobrevivir en la selva, no es diferente del que afecta a cada individuo al que le han hecho sentirse autónomo. En el caso del poeta, detrás de esta exaltación y fe en sí mismo hay otros miedos:

2.A.- MIEDO A QUE SU ARTE SEA MENOR SI SE FILTRA EL TIEMPO Y LA SOCIEDAD

El poeta que padece este temor es el poeta que le adjudica al arte la función de representar lo absoluto. Cuanto más abstracto sea el arte, más cerca estará de representar esa altísima función. Hoy tienen mucho predicamento estas tesis que repiten el absolutismo estético de las metafísicas idealistas de Hegel y Schelling. Sólo a fuerza de eliminar lo individual y lo concreto se nos dará una revelación de la última verdad.

Este punto de partida exige una consideración y es que este modo de entender el arte implica un supuesto previo: la existencia de esa realidad última y absoluta que el arte debería representar. Con ello abandonamos el terreno concreto del arte como praxis humana para instalarnos en el nebuloso cielo de las construcciones metafísicas.

El punto de partida de esta poética se asienta sobre noción kantiana de los universales estéticos, pero no todos podemos participar de tal creencia y asentimos ante argumentos contrarios, como los expuestos por el novelista John Berger:

Quienes creen que el arte es transportable, intemporal, universal, son quienes menos lo comprenden. Ponen una escultura hindú al lado de un Miguel Ángel y se maravillan ante el hecho de que en ambos casos la mujer tenga dos pechos. Sin embargo, son precisamente las diferencias las que son esenciales para nuestro sentido de la fraternidad. Cada cual trabaja con unos objetivos diferentes, presionado por diferentes circunstancias; algunas son personales; pero la mayoría son sociales e históricas. Si no aceptamos estas diferencias, nunca podremos aceptar que los logros no pueden ser los mismos.

La búsqueda del sentimiento puro, de la emoción pura, de la abstracción abarcadora, produce a veces raras maravillas, antes hablamos de Juan de Yepes, de Celan... pero lo más frecuente es que esa búsqueda del sentimiento acabe en sentimentalismo; en biografismo; en lo cursi.

El temor a peder pureza subjetiva, a ver el sentimiento y la imaginación como único fortín frente a la invasión del mundo, le lleva al poeta a eliminar de sus objetos de atención para la escritura todo lo que no sea vida personal. Sus relaciones sociales, laborales, parece ser que no le afectan y quedan excluidas del análisis. La promesa de felicidad que conlleva el arte puede salirle al encuentro en un amor no alcanzado o esperado o deseado o recordado o vivido; pero también tras una entrevista de trabajo de donde salimos aceptados o rechazados. Y ese gozo o dolor es tan dignamente nombrable como el que ha llenado toda la literatura amorosa. Parece una evidencia, pero conviene recordar que nuestro gozo y nuestro dolor no provienen sólo de lo que transcurre en las alcobas más selladas de nuestra casa.

Uno puede pasarse la vida sintiendo, recordando, deseando. Pero cuando quiere hacer poesía con esos materiales se enfrenta con muchas otras cerezas con las que no contaba y que estaban ahí, en el mismo cesto donde él metió la mano en pos de sentimiento, solo sentimiento. Pudo nombrar mis sueños, poner a cien mi imaginación, y aunque me despegue del suelo cuanto pueda, no tardaré en encontrarme con los otros. Eso que parecía tan mío, tan personal, está en un cesto de cerezas sentimentales enredadas por el rabo con las dimensiones intelectuales, sociales, laborales .... Los sentimientos no son algo que viva exento de esas otras dimensiones. Así lo afirma Paul Ricoeur En el recinto irreal de la ficción, no dejamos de explorar nuevos modos de evaluar acciones y personajes. Las experiencias de pensamiento que realizamos en el gran laboratorio de lo imaginario son también exploraciones hechas en el reino del bien y del mal.

2.B.-MIEDO A QUE SU ARTE SEA MENOR SI SE IMPREGNA DE LAS VOCES DE OTROS.

Es un temor relacionado con el anterior. Si el poeta teme -y teme en vano- que su arte sea menor si la historia se le cuela por las rendijas de la obra, mucho mayor temor experimenta a la presencia de los demás, a que otras voces inunden su obra. Hablar por los demás es algo prohibido. Pero, siguiendo a Berger, colegimos que Si uno escucha con suficiente atención, si se inclina lo bastante para oír a alguien cuya experiencia es totalmente distinta de la propia, puede hablar en su nombre y, además, con veracidad. Esto era algo que a mediados de siglo sabía todo el mundo, por supuesto. Pero entonces se empezó a decir que nadie tiene el derecho de escribir sobre lo que no conoce por propia experiencia. La autobiografía novelada se convirtió en la regla dorada del momento.

El poeta que defiende que la poesía no sólo puede sino que debe, sustraerse a la marcha del mundo, esgrimir argumentos relacionados con la noción de lenguaje como morada del ser: Sentimiento puro. Arte autónomo. Lenguaje en sí. Morada del ser. Poesía pura como defendía el primer 27. Diferentes versiones de esta noción de arte separada de la moral, de la sociedad, separada de todo han asomado a lo largo de la historia y de una manera o de otra son deudoras del versículo bíblico: En el principio fue el verbo. Pero ha diluviado mucho como para no abandonar esas pretensiones nominalistas del poeta semidiós. Sabemos que nos precede un caos en muda ebullición capaz de hacernos estallar sin decir una palabra. Y sabemos que, a la inversa, el lenguaje no es principio de verdad. Conocemos cuán fácilmente manipulable es, cuánta mentira se le hace decir. Hora es de hacerle bajar los humos a eso del lenguaje en sí.

Los miedos mencionados de los poetas son consecuencias de la actividad de ese fantasma que es el individuo autónomo y omnipotente. Cuando encara el auténtico miedo a la muerte, puede construir el objeto artístico que conlleva el gozo. En ninguno de los dos casos revisados a la luz del miedo habrá un poeta que nos entregue Una física verdad como dice Celaya de la poesía del Arcipreste de Hita. Y esa física verdad, ese lenguaje impregnado de gozo y belleza es la que cuenta. Hablando de su traducción de la poesía Nazim Hikmet, Gamoneda confiesa: Si la expresión del sufrimiento no produjese placer, yo habría respetado mucho a Nazim, pero no habría gastado mi tiempo tratando de sentirle en mi lengua. Si la poesía no fuera una forma de gozo, creedme, que las Coplas a la muerte de Jorge Manrique, no las leeríamos nunca. Por ello, seguiré esperando que el arte conserve la memoria de las cosas no alcanzadas con una promesa de felicidad.